Por Editorial periódico Camino.
Peregrinos de la esperanza, es el lema escogido por el Papa Francisco para el Año Jubilar 2025. Ante un mundo herido por las guerras, y que sufre las consecuencias del cambio climático, con los graves efectos que ya estamos presenciando, este llamado para ser peregrinos de esperanza, nos llena de optimismo. Asumamos el compromiso de saber que somos protagonistas de la construcción de una nueva sociedad, y que es posible construirla.
Esta esperanza, aplicada a nuestro país,la expresamos en los siguientes deseos para el año 2025.
Deseamos contar con un sistema de salud en donde los avances tecnológicos en esa área, lleguen a todos, y que la medicina privada no sea un comercio más. Reconocemos que hay médicos que son fieles a su misión y al Juramento Hipocrático.
Esperamos que a partir de este 2025, la corrupción en la Administración Pública sea una página triste del pasado. Es urgente que haya consecuencias para los que desfalcan las instituciones públicas. Reclamamos que no haya impunidad, y que se apliquen todas las medidas necesarias para terminar con ese cáncer social.
Que se trabaje sin descanso para ofrecer a nuestros jóvenes las oportunidades de empleo, y que los profesionales egresados de las universidades, no tengan que emigrar, buscando en otras naciones lo que se le ha negado en la tierra que los vio nacer.
Que en este 2025, nuestras calles, autopistas y carreteras, no continúen siendo escenarios de muerte, y que se diseñen estrategias eficaces para poner fin a esa catástrofe que constituyen los accidentes de tránsito.
Que nuestro sistema educativo avance acorde a los cuantiosos recursos invertidos en esa área, y que todos aportemos para lograr esta meta.
Que desaparezca la violencia que amenaza con robarnos la paz ciudadana.
Que trabajemos para tener familias cimentadas en valores. Solo de ellas saldrán ciudadanos ejemplares.
Que se fortalezcan los grupos comunitarios, para fomentar una vocación de servicio entre sus integrantes, a la vez que conozcan sus derechos y deberes, logrando así una sociedad en armonía.
Que nunca nos cansemos de ser peregrinos de esperanza. La sociedad actual necesita de nosotros.
Que todos los que trabajan por el bien común, a veces en el silencio, no se cansen de seguir con esa entrega generosa que nos lleva a un presente y futuro llenos de paz.
Que este 2025 sea el mejor año de nuestra historia. Podemos lograrlo.
¡Feliz Año Nuevo!