Rep. Dom.- Varios periódicos dominicanos han publicado la información con relación a una sentencia emitida por un tribunal del Distrito Judicial de Montecristi, mediante la cual se condena a un obrero a cumplir una medida de coerción de un mes, por el hecho de haber sustraído siete libras de yuca de una finca donde trabajaba.
La reseña periodistica, publicada por Listin Diario, minutoaminuto y otros nedios establece que la decisión contra el hombre identificado como Franco Estama, de nacionalidad haitiana, fue tomada por el Juzgado de Atención Permanente de la pronvincia montecristeña, en la parte noroeste del país.
El sólo hecho de que el imputado fuera empleado de la finca donde se cometió el hurto del tubérculo, propiedad de Daniel Tomás Nuñez, jurídicamente se interpreta como un robo con circunstancias agravadas, lo que abliga al tribunal a condenar al autor, aunque, vale recordar el principio que señala que los jueces son soberanos en sus decisiones.
Si hoy tenemos en la carcel a un hombre acusado del robo de siete libras de yuca, cuyo valor no alcanza los cien pesos; porqué tenemos en las calles a quienes estafaron al Estado Dominicano con la sobrevaloración en el precio de la compra de la flotilla de aviones Supertucanos a Brasil ?.
Es oportuno sugerir que con la misma agilidad con que se investigó y se aplicó la medida de coerción en el caso de Estama en Montecristi, debió investigarse el soborno de los 92 millones de dólares entregados por la firma Odebrecht a funcionarios del gobierno, ex funcionarios, legisladores y dirigentes políticos de la oposición.
La publicación de Listin Diario y de minutoaminuto.com.do no se establece si en el robo de la yuca hay más implicados, contrario a lo que sucede con el escandalo Odebrecht, donde según la sociedad civil, el Movimiento Verde y otros sectores “no son todos los que están ni estan todos los que son”.
Partiendo de la descomposición social, pero sin ánimo de justificar el robo de las siete libras de yuca, el gran error de Franco Estama quizas fue no haber tenido la oportunidad de haber recibido una parte de los 92 millones de dólares entregados por la constructora, y por esa razón no contó con ningún tipo de consideración en la audiencia, ni tiene privilegios en la cárcel donde fue encerrado por un mes.
Ojala y como la justicia condenó un robo pequeño, de siete libras de yuca, también pueda condenar los robos grandes como el de Odebrecht y el de los Supertucanos entre otros, que han convertido a pobres en más pobres, han sacado a pobres de la pobreza y han convertido a ricos en más ricos.
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