Por Editorial Periódico Camino.
La noción de recuperación no puede contentarse con una vuelta a un modelo de vida económico y social, desigual e insostenible, en el que una exigua minoría de la población mundial posee la mitad de la riqueza.
Estas palabras están contenidas en la carta que dirigió el papa Francisco a los líderes del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, en ocasión de sus reuniones de primavera.
Es un mensaje oportuno que debemos aplicarlo a la situación que vive nuestro país, porque aquí, como en otras partes del mundo, la pandemia del Covid-19 ha provocado el incremento de la pobreza. Lo observamos en la marginalidad extrema en que ven pasar sus días miles de dominicanos/as.
Necesitamos con urgencia buscar salidas a esta situación que debería ser una vergüenza para quienes amasan fortunas, mientras a su alrededor ven a tantas personas pasando calamidades que ellos pueden remediar.
El Estado y el sector privado deberían aunar esfuerzos para aplicar políticas sociales que terminen con esta ignominia. No queremos medidas paliativas, eso lo que fomenta es una dependencia que hipoteca la libertad. A lo que aspiramos es hacer de la justicia social el camino a seguir. No podemos permanecer indiferentes ante el que sufre.
Y como ha dicho el Papa:
Es generar soluciones nuevas,
más inclusivas y sostenibles.
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