Desde tiempos muy remoto la sociedad dominicana se ha venido desenvolviendo de escándalo y escándalo de corrupcion en el tren gubernamental, congresual y municipal, con el agravante de que en los actuales momentos la problemática ha alcanzado niveles sin precedentes en nuestra historia.
Solamente el martes ocho del presente mes de agosto la población dominicama fue testigo de tres publicaciones de hechos ilícitos cometidos por sectores vinculados al gobierno del Partido de la Liberación Dominicana y a su principal aliado, entiéndase el Partido Revolucionario Dominicano.
En primer términos, se trata de la revelación en el sentido de que 13 exdiputados del partido blanco cobran en el Estado 1 millón 450 mil pesos nensuales como “asesores” de la Cancillería, hecho que de inmediato fue justificado por el Ministro de Relaciones Exteriores y presidente de esa notablemente reducida entidad, ingeniero Miguel Vargas Maldonado.
En consonancia con esa publicación, se reveló la informacion de que unos 3 mil 929 maestros cabran sin dar clases. Dicha revelación no establece la cifra de dinero que debe erogar el gobierno a favor de esa considerable cantidad de profesionales de la educación, los cuales están desempeñando otras funciones, están fuera del país y en sus casas esperando el día del pago.
Un tercer escándalo del martes ocho está relacionado con una auditoría realizada por la Cámara de Cuentas, la cual determinó que el alcalde de Santiago y miembro del Comité Político del partido morado, Abel Martinez, regaló más de 2 mil millones de pesos a funcionarios de su partido, mientras se desempeñó como presidente de la Cámara de Diputados durante sus últimos cinco años como legislador.
En momentos en que los actos de corrupción crecen en el tren gubernamental, en el legislativo y en el municipal, el presidente Danilo Medina guarda total silencio, evidenciando no tener voluntad política para vencer el cáncer del robo que se lo lleva todo, dando origen a un evidente incremento a la brecha que existe entre ricos y pobres, y obviando la tradional frase de que el que calla otorga.
El país espera respuestas que sean muy coherentes de parte de las autoridades con relación a los actos de corrupcion, y así lo demuestra el exito del movimiento vede, que con la denominada marcha verde ha recorrido todo el territorio dominicano en busca del fin de la impunidad.
Los robos fluyen a nivel del gubierno, del congreso y los ayuntamientos, a cuyo malestar el primer mandatario de la nación se mantiene en silencio, cuando debería ser el propio jefe del Estado el principal interesando en la transparencia en el manejo de la cosa publica.
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