Por: Rafael A. Escotto
«Si algo debe ser explorado, creo que la tecnología probablemente aumentará su desempeño para logarlo» Armstrong
A Belkis Vargas, la madre de Scarlin Hernández por el apoyo que le dio a su hija, y a todas las madres que como ella hicieron lo mismo por sus hijos.
No conozco en este mundo terrenal, a veces tan extraño y a veces tan complejo como aparenta, de flor que crezca sin fragancia ni de árbol que no germine apuntando su copa hacia la infinitud de lo supuestamente inalcanzable, de lo presumible.
El alma humana contiene deseos inagotables, como el rio famoso de los prados, como las ilusiones fecundas que suspiran debajo de la piel y que desde ella exhuma el éxito que se ansia.
Si se puede, le dice el poeta al capullo que en su dulce retoñar se piensa sutil ante un universo que al amanecer el nuevo día sorprende e intimida al ver su belleza entre la niebla despuntar con deslumbrante cadencias, allá en la lejanía.
Si se puede, cuando canta alegre el aliento con su voz de ruiseñor retumbando en el monte fértil de la esperanza donde vuelan a ratos las aves de Dios y a ratos seres humanos con alas de astronautas surcando espacios estelares.
Sí se puede, cuando estás decidido y te atreves, cuando seduce tu voluntad para lograr lo que deseas alcanzar más allá de lo fantástico.
Si se puede, dijo Scarlin Hernández desde la ciencia espacial, sonriéndole a la luna desde la NASA observando su obra maravillosa, el telescopio James Web, con la mirada silenciosa revelando secretos y la luna esperando las noches rodeada de estrellas.
Si se puede, exclamó Scarlin, sin pretextos y sin mirar para atrás los obstáculos del pasado. ¿Cómo regresar a lo que ya no existe?
Si se puede, al pensar que siempre hay un adelante reluciente que se presenta en forma de un arco de colores que nos persuade a llegar más lejos, allá, en donde no existen límites ni fronteras, y donde el telescopio de Scarlin penetra con los ojos silencioso del búho, descubriendo mundos y vidas ocultas.
Si se puede, con la entrega optimista del jardinero, ornamentar vidas para que broten hermosas, como aquel capullo lleno de lozanía de nombre Scarlin que siempre imaginó que un día andaría escudriñando los escondites cósmicos donde solo cabe la mirada sabia de un telescopio.
Si se puede, quebrar telaraña, transitar los misteriosos agujeros negros de Hawking en el espacio ¿Quién dijo que no se puede? Pregúntenle a Scarlin Hernández, la científica dominicana, de qué color está pintado el cielo y por qué hay estrellas como ella en la NASA haciendo brillar la ciencia, permitiéndoles a los terrícolas con su telescopio resolver el enigma de otros satélites lejanos.
Si se puede…si se puede.
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