Por Editorial Periódico Camino.
En nombre de Dios, les pido detener esta masacre antes que las ciudades se conviertan en cementerios. Así ha expresado el Papa Francisco en un clamor que llega al cielo pidiendo por la paz en Ucrania. A su plegaria nos unimos todos los hombres y mujeres de buena voluntad que soñamos con un mundo mejor. Los episodios de muertes que hemos visto durante estos días hieren el alma y lastiman nuestros corazones.
Por intereses políticos y económicos las grandes potencias han olvidado a través de la historia que ¨la guerra es un flagelo, y no representa jamás un medio idóneo para resolver los problemas que surgen entre las naciones. No lo ha sido nunca, y no lo será jamás, porque genera nuevos y más complejos conflictos. La guerra es en definitiva, el fracaso de todo humanismo auténtico, siempre es una derrota de la humanidad.¨ cómo nos dice la Doctrina Social de la Iglesia.
Pidamos al Señor de la vida que nos ayude a sembrar su paz en cualquier rincón del Planeta en donde estemos plantados. Hoy, más que ayer, es necesario educar para la paz, y que jamás permanezcamos indiferentes frente al dolor de quienes sufren.