Opinión

Los crímenes medioambientales de la guerra Rusia-Ucrania

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Por ROMMEL SANTOS DIAZ.

 

Los daños extensos, duraderos y graves al medio natural en Ucrania, producto de la guerra  son de preocupación global en los actuales momentos debido a los ataques  de Rusia  a zonas  estratégicas  con  grandes  centrales atómicas e industriales.

Según los expertos  los derramamientos de crudo podrían llegar a ser la radiación nuclear como consecuencia  de los nefastos impactos medioambientales que se prolongan a lo largo y ancho de Ucrania de manera indiscriminada.

Ucrania es un país  altamente industrializado, lo que genera también un grave riesgo  de contaminación  con efectos  a largo plazo en un contexto  de bombardeos  sobre plantas químicas  y grandes depósitos de combustibles que desde ya están  produciendo catástrofes ecológicas en escalas  significativas consideradas  como efectos de la guerra.

En  un  escenario de  posibles juicios por crímenes de guerra y contra la humanidad es casi seguro que se tendrá  que agregar ¨ el ecocidio¨, tal como  adelanto  la fiscalía de Ucrania  el dia que las tropas rusas ocuparon la central nuclear de Zaporiyia, la mas grande de Europa.

902  expertos y 156 organizaciones de 79 países  se referían  hace varios días  a los¨ impactos medioambientales  potencialmente catastróficos de la guerra, que representan amenazas  tanto  a corto plazo como  a largo plazo  para los derechos humanos, la salud, el bienestar y los medios de vida de los ucranianos¨.

Muchas otras organizaciones  defensoras del medioambiente han denunciado también los ¨riesgos  graves  para la salud medioambiental y para la biodiversidad, los ecosistemas y los recursos naturales de Ucrania¨ que representa  esta guerra

En la medida en que avanza la guerra  los ataques se concentran  sobre instalaciones militares, como almacenes de munición y armamento   originando una gran dispersión de metales  pesados y materiales energéticos de toxicidad  peligrosa, lo cual amplia los daños al medio ambiente y los recursos naturales.

Según explica el director de investigación del observatorio  de conflicto y medio ambiente  se ha  contabilizado hasta ahora 192 ataques  sobre instalaciones industriales, como el ataque sobre una planta química cerca de Sunny que a finales de marzo  genero un escape de amoniaco  que obligo a la población a encerrarse en  las casas.

En la región  Donbas del este de Ucrania donde se concentran ahora los esfuerzos militares – y donde el conflicto armado está abierto desde 2014, de hecho- está altamente industrializada y a la vez es una de las regiones de minería de carbón más grande del mundo, con unas 900 minas de carbón activas e inactivas.

Según informaciones publicas en los medios internacionales ¨muchas de estas minas han sido cerradas  de manera incontrolada  y  corren el riesgo de de quedar inundadas, lo  que generaría una contaminación de los acuíferos, que llegaría  a los lagos y los ríos e incluso al agua de boca¨.

También preocupa la perdida de ecosistemas debido a  la contaminación o de los incendios forestales provocados por las explosiones, la destrucción provocada en el adelanto de tropas  o las minas antipersonal  que han dejado atrás  en muchos espacios. Los combates en la Reserva de la Biosfera del Mar Negro, el área protegida  más grande de Ucrania y un humedal catalogado  por Ramsas  (tratado internacional para proteger zonas húmedas), han generado incendios  que se pueden ver desde el espacio.

Según los expertos  el hecho de haber convertido las centrales nucleares en objetivos militares supone una prueba de fuego para el derecho internacional que regula los conflictos bélicos. La Convención de Ginebra prohíbe los daños medioambientales que tengan efectos graves y de largo plazo.

Desde  2013 , la Comisión de Derecho Internacional de las Naciones Unidas lleva a cabo un proyecto para aprobar una nueva ley específica  para la protección del medio ambiente en relación  con los conflictos armados, la misma tendría que ser aprobada por la Asamblea General de la ONU, pero varios países  como Rusia Israel, Francia, Estados Unidos ya se han mostrado contrario a la nueva regulación internacional, mientras  que España, Portugal, El Salvador, Líbano y los países nórdicos son los que más están presionando para que se apruebe , según los expertos de la ONU.

Finalmente, cabe señalar que el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional tipifica  los daños extensos, duraderos y graves al medio natural  que sean claramente excesivos como un crimen de guerra.

 

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