Por Alexis Rodríguez.
Tras la inesperada muerte de Orlando Jorge Mera, Ministro de Medio Ambiente en República Dominicana, ultimado por uno de sus más íntimos “amigos”, llamó la atención de muchos el comunicado de la Familia Jorge Villegas que en su párrafo final dice: “Nuestra familia perdona al autor de los hechos. Uno de los legados más grande de nuestro Orlando era no guardar rencor.”
¡Que gesto tan grande el de la Familia Jorge Villegas, muestra fehaciente de la fe que profesan!
En la oración del Padre Nuestro, Jesús mismo nos enseñó y recomendó perdonar: “Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden y no nos dejes caer en tentación, más líbrarnos del mal.”
Perdonando es como podemos ser nosotros perdonados.
El Papa Juan Pablo ll, luego de ser herido de un disparo, visitó en la cárcel a su verdugo y con corazón sincero le perdonó y oró por él.
El evangelista Yiye Ávila, tras la muerte de su hija de manos de su propio yerno, le visitó en la prisión y le manifestó su perdón, orando al Señor por él.
Recordamos la muestra de perdón de nuestro Señor Jesucristo, que luego de haber sido vituperado, clavado en el madero expresó: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.”
Uno de los mayores legados de nuestro Señor y Salvador Jesucristo es el perdón. Sigamos su ejemplo y aunque nos cueste, practiquemos el perdón.
No es fácil perdonar, pero es posible y necesario, pues cuando perdonamos de verdad nos libramos del odio y de la amargura y somos sanados. Lo más importante: esta es la voluntad de Dios y gozaremos de la paz que sobrepasa todo entendimiento.
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