Por: Luis Córdova
La Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados posee desde hace unos días un proyecto de ley que declara feriado y no laborable el día 08 de septiembre de cada año, como “día del natalicio del general Gregorio Luperón, primera espada de la restauración de la República”.
La pieza fue propuesta por los hermanos y diputados, puertoplateños, Jhonny de Jesús Medina Sánchez y Juan Agustín Medina Santos.
Luperón, como tantos otros dominicanos, significaron con su ejemplo sacrificio pero, algo que no es muy admirado por los criollos: capacidad y continuidad en el trabajo.
Del general que ni la traición ni los golpes pudieron reducirlo y cuyo valor solo el cáncer lo redujo, me pregunto si alguna comisión le hubiese propuesto en vida celebrar su natalicio con un feriado sin sentido.
Lamentable que nuestra democracia, soportada en una distorsionada representatividad, tenga que ver argumentos tan destemplados para solicitar un festivo nacional para ir a depositar ofrendas florales a Luperón en la remota villa en que nació.
Sabemos que los diputados sí, pero ¿quisiera Luperón una fiesta?