Por: Luis Córdova
Del único dominicano que no se puede prescindir para escribir la historia política dominicana es Joaquín Balaguer.
Odiado.
Venerado.
Justificado.
Acusado.
Las entrevistas a personalidades cercanas y vinculadas lo han colocado, de nuevo, en las páginas de actualidad de los diarios nacionales. La bibliografía que a caudales se produce en la actualidad, empiezan a narrar eventos que, de no estar debidamente documentados, juraría uno que forman parte de la inventiva de sus autores.
Pueden seguir escupiendo su retrato, tratar de burlarse o ignorarlo.
Pueden sobredimensionar a sus adversarios, si es que aun pueden hacer más, con la intención de querer empequeñecerlo.
Lo que describe este 2022, con los documentos y aportes que se compilan con el Doctor como tema, es que en efecto no le importó que la historia lo absolviera, nunca se sintió prisionero del odio.
Ojalá los demás salgan de sus prisiones, mientras Balaguer descansa en paz
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