Por: Luis Córdova
Quien ha crecido en contacto con la sabiduría popular, ha escuchado alguna vez que “después que el número sale, cualquiera arregla el sueño”.
Ahora que Abel Martínez ha ganado, de manera contundente, la consulta ciudadana del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), hay quienes quieren reivindicar sus pronósticos y proyecciones de que las cosas iban a suceder exactamente como por fin pasaron. Una vieja manía de confundir especulación con análisis.
¿Hubo sorpresas? Sí, y muchas. Los corrillos daban como cierto que Danilo Medina (el hasta anoche líder absoluto de esa organización), tejía los hilos de la influencia a favor de Margarita Cedeño. Proyectistas empíricos se empinaron en la opinión pública para asegurar un triunfo que dificultaría el escenario de cara a su antiguo esposo y líder opositor.
Todo un mar de especulaciones y bajas pasiones.
Mientras eso sucedía, oídos sordos, Abel Martínez, repetía su exitosa fórmula empleada en Santiago. Iba sorprendiendo a una audiencia nacional que no conocía la efervescencia de sus actos (una versión moderna de eso que antes calificó Jacobo de “bulla” a los eventos de Peña, es la misma política).
Abel fue el único que pareció candidato. Las encuestas que muchos descreímos, hoy se reivindican. Esto en sí es una sorpresa. Aunque el tiempo irá descubriendo otras, entre las más notorias está la amplitud del triunfo abelista, imposible de obtener sin contar el respaldo del mismo Danilo o al menos de la línea dura del danilismo. Corolario de sorprendidos.
Otra fue que Domínguez Brito, concentrado en estructuras que le respondieron para tener un papel digno, lograra el segundo lugar cuando se ubicaba en el imaginario que obtendría el tercer puesto.
La sorpresa de Margarita, sincerando sus números y bebiendo el trago amargo de un malquerer que fue sembrando con sus decisiones personales y políticas.
Que Maritza Hernández quedara por encima de Karen Ricardo, aunque en menor proporción de interés, también es una sorpresa.
La organización del proceso está de vuelta en un PLD minúsculo. Sorprendió que los votantes aparecidos en las fotos y en los cortes de televisión fueran adultos y adultos mayores. ¿Dónde están los jóvenes inscritos?
¿Sorprende la cantidad de votantes? Sí y no. Los que comparan con el PRM pierden de vista que no fueron dos precandidatos, fueron seis, tres con atención de los medios y aún así apenas rebasan el 5% de la matrícula del padrón.
Vamos a ponernos cómodos. Habrá más sorpresas.