Por: Luis Córdova
De manera irresponsable se ha querido lanzar la culpa a quien no puede defenderse, cuestionando con falaz argumento que la calidad del complejo habitacional y comercial de la Avenida Las Carreras, en Santiago, no fue la mejor.
Para muestra dos botones: uno, el comportamiento de estos edificios ante a terremotos y temblores, sin que una grieta moviera a preocupación; dos, la impresionante majestuosidad que aún hoy mantiene, a pesar del modernismo que exhibe la ciudad.
Las causas del hundimiento de algunos tramos fue diagnosticado hace más de 15 años, en un estudio de la municipalidad que determinó, entre otras, que el flujo y peso vehicular había hecho ceder el terreno arcilloso que, ahí como en otros puntos de la ciudad, ameritan atención. En ese entonces se le solicitó la intervención del gobierno central para compactar el terreno pero, como siempre, lo urgente postergó lo necesario.
Las Carreras no es el problema.
El derrumbe de uno de los muros del puente de la 30 de Marzo fue a causa del descuido. Lastimosa e inexplicable que una falla visible, continuamente reclamada, no concitó la atención de nadie, hasta que pasó lo que pasó.
A tres meses de que la Virgen nos cuidara de que no cayera sobre ningún mortal, seguimos dependiendo de la santa madre de Dios para que no colapse por completo y se venga abajo el primer puente construido en el casco de la ciudad y en uso desde 1988.
En el fondo se escucha a alguien decir “tenemos un estudio”… ¿lo celebramos?
Yo soy de Las Carreras. He vivido en ella toda mi vida. Con su demolición perdí el barrio en el que nací, vi levantarse unos edificios que me han sido cercanos lo mismo que ajenos. Amo ese espacio de mi ciudad, conozco cada detalle de su extensión.
El incauto que pasa por Las Carreras no advierte que cada edificio tiene un diseño distinto pero mantiene la armonía del conjunto. El complejo, moderno para la época y para la actualidad, incluyó sistemas de recolección de aguas negras, abastecimiento de agua potable, drenaje pluvial y electricidad soterrada, ahora que las compañías telefónicas emplearon fibra óptica, ¡oh, paradoja!, los viejos edificios tenían el sistema previsto.
“Las Carreras” es el conjunto de 87 edificios, unas 431 viviendas más 101 locales comerciales y 67 para oficinas e incluyó el puente en la intersección de la calle 30 de Marzo.
Construida por la firma Proyectos Urbanos, C. por A., presidida por el ingeniero Eliardo Benoit, tuvo dos etapas, la primera, inaugurada el 26 de enero de 1991, a un costo de RD$71,735,282.74; y la segunda, entregada el 26 de enero de 1993, por unos RD$44,020,593.30.
Reitero: mal hace quien quiera medir el pasado con la vara del presente. Aunque no se sea ingeniero se debe siempre procurar el ingenio de la verdad.