Por: J. Luis Rojas
Hoy mucho más que ayer, gestionar de manera adecuada un Estado, una organización, una marca, un proyecto, un evento, un proceso o cualquier otra actividad humana, es inconcebible hacerlo al margen de estrategias y acciones efectivas de comunicación. Pese al rol protagónico y al altísimo valor agregado de la comunicación en el ámbito de la gerencia moderna, son muchos los CEO y gerentes que todavía desconocen el riesgo y el costo que implica dirigir y tomar decisiones obviando la comunicación.
Se ha comprobado que, en la toma de decisiones inteligentes y significativas, que llevan a cabo los jefes de gobiernos, directivos y CEO de las empresas, gerentes de instituciones y marcas, siempre hay detrás, en el medio y delante de ellas, profesionales de la comunicación, con competencias, habilidades y experiencias para planificar, implementar y controlar estrategias y actividades comunicacionales, que ayuden a concretar los objetivos y metas deseados. En pocas palabras, la comunicación, sin importar su modalidad, es un proceso transversal que agrega valor a los demás procesos estratégicos, operativos y mediáticos.
Regentar un gobierno, una empresa, una agencia de servicios públicos, un negocio, una marca, una institución sin fines lucrativos, entre otras, con bajo o ningún conocimiento de la comunicación, implica, sin duda, poner en alto riesgo el logro de objetivos y metas sustanciales. Según hallazgos provenientes de estudios internacionales, porcentajes importantes de los directivos, CEO y gerentes de organizaciones privadas y gubernamentales, ignoran el valor estratégico de la comunicación interna y externa. En resumidas cuentas, son analfabetos comunicativos. Es decir, su marco referencia sobre la comunicación es extremadamente limitado.
Sin buenas estrategias y acciones de comunicación interna y externa, es casi imposible regentar de manera oportuna, eficaz y eficiente. Recuérdese que la gerencia consiste en la distribución de diferentes actividades entre personas con el propósito de aumentar el potencial de sus capacidades, economizar tiempo, adquirir habilidades por medio de la capacitación y la práctica, en consecuencia, de aumentar la producción, reducir los costos y la economía de escala (Chiavenato, 2004).
Dicho de otra forma, el buen o mal desempeño de los gobiernos, las empresas, las agencias públicas, las organizaciones sociales y de las marcas corporativas y comerciales, siempre estará asociado a la calidad humana y profesional de cada uno de sus directivos, CEO y gerentes, debido a que son ellos con su talento, visión y liderazgo quienes aportan valor. En este contexto, el maestro de la administración moderna, Peter Drucker (1954), define a la figura del gerente “como aquella persona que ejercita el poder y la autoridad con prudencia y consistencia”.
Dirigir y tomar decisiones, obviando la comunicación interna y externa, pone en alto riesgo el hecho de que los gobiernos, las organizaciones y marcas, puedan lograr su visión, objetivos, propósitos y metas, en un ambiente interactivo, inclusivo y significativo. En ocasiones, en los entornos publico y privado se toman decisiones importantes, las cuales podrían impactar posesivamente algunos de los factores que inciden en la calidad del bienestar de las personas. Por lo general, dichas decisiones carecen de una estrategia de comunicación que ayude a la población a conocer y a canalizar los beneficios que rodean a las decisiones en cuestión.
Un ejemplo de falta de sinergia entre la comunicación y la gerencia es lo que con frecuencia acontece en el ámbito gubernamental, ya que, desde aquí, se toman decisiones que, sin duda, en el corto y mediano plazo impactan positivamente a segmentos importantes de los ciudadanos, los que, por falta de información oportuna y continua al respecto, no aprovechan los beneficios que pudiesen derivarse de estas decisiones. Para muestra basta un botón. En el escenario del Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS), parecería que los directivos, CEO y gerentes de las principales entidades que interactúan en dicho espacio, ignoran la sinergia entre comunicar y regentar.
A juzgar por los resultados, podría afirmarse que los modelos gerenciales que practican las entidades que integra el Sistema Dominicano de Seguridad Social son obsoletos, ineficientes, burocráticos y poco interactivos, debido, entre otras razones, a la ausencia de estrategias creíbles y eficientes de comunicación, que orienten de manera continua y que satisfagan las necesidades de información de los afiliados a la seguridad social. Lo mucho hasta Dios lo ve. Las brechas entre lo que deciden y comunican las instituciones del SDSS, son notables, incomodas e irritantes. La comunicación es un medio valioso en el entorno gerencial, ya que una decisión sin comunicación es igual que un merengue sin música.
Un ejemplo fehaciente de los efectos negativos que se producen cuando no hay sinergia entre gerencia y comunicación, es lo concerniente a la aprobación y aplicación de la Resolución número 572-07, del 6 de julio de 2023. Como se sabe, con esta decisión se reconoce el derecho de miles de servidores públicos a recibir una pensión digna y justa del Estado dominicano, por estar amparados en las Leyes 379-81, 87-01, 41-08 y por disposiciones establecidas en la Constitución de la República Dominicana. Nueve meses después de aprobarse dicha resolución, todavía muchos de los servidores públicos desconocen informaciones sustanciales acerca del proceso de aplicación de ésta. Por ejemplo, la fase de traspasos del Sistema de Cuenta de Capitalización Individual (AFP) al Régimen de Reparto Estatal (Hacienda), así como los lentos y misteriosos operativos de traspasos, dirigidos por la Superintendencia de Pensiones (SIPEN).
La gerencia, en los ámbitos de los órganos y entidades que conforman el Sistema Dominicano de Seguridad Social (Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS), Dirección General de Información y Defensa de los Afiliados a la Seguridad Social (DIDA), Superintendencia de Pensiones (SIPEN), Tesorería de la Seguridad Social (TSS), Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (SISALRIL), Dirección General de Jubilaciones y Pensiones (DGJP), Comisión Interinstitucional Evaluadora (CIE), entre otros, se ejerce de espalda de estrategias efectivas y creíbles de comunicación institucional, lo cual perjudica física y emocionalmente a los afiliados de la seguridad social dominicana.
Una Resolución como la 572-07, por su naturaleza e impacto positivo en la calidad de vida de más de 20 mil servidores públicos, requiere que las entidades responsables de su aplicación se empeñen en diseñar, implementar y ejecutar estrategias continuas de comunicación efectiva. Los servidores públicos beneficiados con dicha resolución necesitan tener acceso a informaciones pertinentes y creíbles, con respecto a cada una de las fases del proceso de aplicación de la referida resolución.
En cualquier ámbito de las actividades humanas, para que la toma de decisiones sea efectiva tiene que hacerse acompañar de esfuerzos creativos y sistemáticos de comunicación. Hoy, regentar sin comunicación es una quimera. Carajo, los ciudadanos-afiliados necesitan más y mejor información de parte del CNSS, de la DIDA, de la SIPEN, de la DGJP y de la extraña Empresa Procesadora de la Base de Datos (EPBD). Una buena decisión, como la Resolución 572-07, sin comunicación efectiva vale lo mismo o menos que una bolita de chivo.