Queridos ciudadanos,
Me dirijo a ustedes con un llamado urgente a la reflexión y la responsabilidad ciudadana. En los últimos dias, hemos sido testigos de una alarmante tendencia: la irresponsabilidad que está cobrando un alto precio en nuestras calles, plazas y hogares. Desde accidentes de tránsito hasta el uso imprudente de juegos artificiales, estas acciones no solo ponen en riesgo nuestras vidas, sino que también impactan negativamente en la salud y hasta la capacidad de respuesta de los servicios médicos de emergencia.
Los accidentes de tránsito son una de las principales preocupaciones en nuestro país . Cada día, vemos cómo conductores imprudentes ponen en peligro no solo sus propias vidas, sino también las de los peatones. Las consecuencias de estas acciones son desgarradoras: familias destrozadas, vidas truncadas y un peso adicional para nuestro ya sobrecargado sistema de atención médica de emergencia.
Además, en otro tenor el uso inadecuado de fuegos artificiales ha generado un aumento en las lesiones relacionadas con quemaduras, No podemos ignorar el hecho de que estas “diversiones” pueden tener consecuencias graves, desde quemaduras de primer grado hasta la muerte. Es crucial recordar que el entretenimiento no debe venir a costa de nuestra seguridad y la de quienes nos rodean.
En este sentido, no podemos pasar por alto el agotamiento que enfrentan nuestros servicios médicos a nivel nacional. Estos profesionales dedican sus vidas a salvar las nuestras, pero su capacidad para hacerlo se ve comprometida cuando se ven abrumados por incidentes que fácilmente podrían haberse evitado con un poco más de conciencia y responsabilidad por parte de todos nosotros.
Por lo tanto, hago un llamado a la acción colectiva. Es hora de que cada uno de nosotros asuma la responsabilidad de nuestras acciones y contribuya a crear un entorno más seguro y saludable para todos. Conducir de manera segura, abstenerse de prácticas imprudentes con fuegos artificiales son pasos simples pero poderosos que podemos tomar para marcar la diferencia.
Recordemos que la responsabilidad individual no solo protege nuestras propias vidas, sino que también salvaguarda el bienestar de toda nuestra comunidad. Juntos, podemos construir un futuro más seguro y próspero para todos.
Atentamente,
Dr. Tomás Almonte
Médico de emergencias / Santiago RD