Opinión

Verborrea alrededor de los fondos de pensiones

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Por: J. Luis Rojas

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Érase una vez, dos economistas neoliberales, un hombre y una mujer, por esas casualidades y circunstancias de la vida, les tocó dirigir dos instituciones, cuyos objetivos y funciones les obligaba a interactuar y a coincidir en un mismo entorno (sistema previsional). Ellos pensaban, decidían, actuaban y hablaban como si hubiesen sido gemelos. Por lo general, la excesiva, acelerada e incomprensible verborrea de ambos, se centró en posicionar atributos ficticios del Sistema de Cuenta de Capitalización Individual (AFP). Cada vez se les hace más difícil persuadir a los pensionistas. Es por ello por lo que no paran de hablar mentiras camuflajeadas de verdades.

Por más y más esfuerzos de marketing y presencia en los medios de comunicación, los economistas neoliberales, Francisco A. Torres, Superintendente de Pensiones y Kirsis Jáquez, presidenta ejecutiva de la Asociación Dominicana de Administradoras de Fondos de Pensiones (ADAFP), no han logrado convencer a un segmento importante de los ciudadanos dominicanos, con respecto a lo positivo que rodea al Sistema de Cuenta de Capitalización Individual. Aunque muchos intentan disfrazar la ficción de realidad, son muchos los afiliados que rechazan y aborrecen los mensajes provenientes de las AFP. ¿Qué pasaría con las AFP si no existiera el capítulo VI de la Ley 87-01? ¿Subsistirían al margen de un sustento legal?

Ni él, ni ella (Superintendente de Pensiones y la presidenta Ejecutiva de la ADAFP) y todos sus voceros pagados, han podido ocultar los evidentes y múltiples niveles de insatisfacción que sienten y padecen la mayoría de los pensionistas, con respecto a las pensiones que otorga el actual Sistema de Cuenta de Capitalización Individual, el cual es gestionado por las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). Las costosas, sistemáticas y engañosas actividades de marketing y comunicación, que desarrolla la Asociación Dominicana de Administradoras de Fondos de Pensiones, han logrado ocultar las enormes debilidades que subyacen alrededor del sistema de pensiones de RD.

Durante sus continuas participaciones en los medios de comunicación, el Superintendente de Pensiones y la presidenta ejecutiva de la ADAFP, muy raras veces hablan de las falencias que cabalgan en el yunque del Sistema de Cuenta de Capitalización Individual. Desde las miradas e intereses de Francisco A. Torres y de Kirsis Jáquez, dicho sistema es la única y mejor alternativas para otórgale pensiones dignas y justas a un universo de afiliados de 5 millones de trabajadores, de los cuales 2,158, 279, cotizan formalmente a una determinada AFP. En este orden, es como dijo el reconocido físico y matemático británico William Thomson Kelvin: “Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre”. En pocas palabras, la medición y la evaluación son actividades sustanciales de cualquier proceso de mejora continua.

Es repugnante, vergonzoso y altanero, el hecho de que la fluida verborrea del Superintendente de Pensiones y de la presidenta ejecutiva de la ADAFP, en sus mensajes trate de obviar la existencia de los afiliados, los cuales son la razón de ser de cualquier sistema de seguridad social. Parecería que para Francisco A. Torres y Kirsis Jáquez, los pensionistas son actores pasivos, los cuales carecen de mecanismos formales de participación y toma de decisiones. En sus respectivos relatos, Torres y Jáquez, disfrutan y se notan satisfechos cada vez que hablan del patrimonio acumulado de los fondos de pensiones, el cual asciende a RD$1.27 billones. Además, gozan cuando se refieren al portafolio de inversiones de dichos fondos.

Tanto el Superintendente de Pensiones como la presidenta ejecutiva de la ADAFP, se notan felices y realizados cuando explican la distribución de las inversiones de los fondos de pensiones. Por ejemplo: en el Ministerio de Hacienda hay invertidos 642,518 millones de pesos, equivalentes a 57.16 % de la cartera, en el Banco Central de la República Dominicana hay colocados 177,852 millones, representando el 15.82 % de los fondos acumulados (RD$1.27 billones). Mientras que un 11.18 % (125,649 millones de pesos) se encuentra colocado en fondos de inversión, 7.34 % en bancos múltiples (82,559 millones de pesos) y 8.50 % (95,521 millones de pesos) entre fideicomisos de oferta pública, empresas privadas, asociaciones de ahorros y préstamos y bancos de ahorros y créditos. (Joaquín Caraballo, Diario Libre, mayo, 2024).

En los discursos del señor Francisco A. Torres y de la señora Kirsis Jáquez, los fondos de pensiones sirven para hacer muchas cosas. Para muestra un botón. Según el Superintendente de Pensiones, más del 70% de los fondos de pensiones está invertido en el sector público. Precisó que turismo y energía son los sectores donde más se ha dirigido la inversión de los fondos de pensiones. Esos sectores representan más del 70% de lo que se ha invertido en el sector privado. (Ubaldo Guzmán Molina, periódico Hoy, 19 de junio, 2024).  

Tal y como expresan el Superintendente de Pensiones y la presidenta ejecutiva de la ADAFP, los fondos de pensiones, los que según la Ley 87-01, son propiedad de los afiliados, con ellos se pueden hacer muchas cosas, menos darles pensiones dignas y justas a los pensionistas. Como es de costumbre, Francisco A. Torres y Kirsis Jáquez coinciden en afirmar que: “los fondos de pensiones han sido clave en el desarrollo del país. En todo el territorio nacional pueden verse distribuidos distintos proyectos que han sido financiados con los fondos de pensiones a través de los principales sectores productivos, generando a su vez, empleos, inversiones extranjeras y estabilidad económica, en general”. En las mentes trastornadas de los neoliberales, es común decir que los fondos de pensiones impactan la estabilidad económica de un país, aunque los pensionistas mueran de hambre y sin servicios de salud.

No hay peor ciego que el que no quiere ver. La supuesta satisfacción y prosperidad los afiliados con las pensiones indígenas, injustas e inhumanas que les otorga el Sistema de Cuenta de Capitalización Individual a los afiliados, solo existen como parte de la verborrea elaborada y difundida por el CNSS, SIPEN, COPARDOM, ADAFP y el CONEP. En el terreno de los hechos y ante presencia de Dios, a estos defensores acérrimos de las AFP, no les interesa la calidad y sostenibilidad del bienestar de los pensionistas. Su propósito clave es incrementar sus riquezas materiales a través de los fondos de pensiones. El único escenario real donde los afiliados son los sueños de los fondos de pensiones es en contexto de la narrativa continua que propagan los CEO de estas entidades.

Es estúpido escuchar al Superintendente de Pensiones y a la presidenta ejecutiva de la ADAFP, decir que para mejorar las pensiones es imprescindible que los trabajadores y empresarios incrementen el monto de las cotizaciones, así como aumentar la edad para el retiro laboral. Pero, es más fastidioso aun cuando en sus relatos omiten la cantidad de millones que cada año se ganan las Administradoras de Fondos de Pensiones, sin correr ningún tipo de riesgo. Por ejemplo, en el 2024 se ganarán RD$10,500 millones de pesos, equivalente al 1.05% del fondo personal de los afiliados. Como se puede apreciar, el patrimonio acumulado de los fondos de pensiones ha servido más a los intereses de las AFP que, a las necesidades de los dueños de dichos fondos, los afiliados.

Para los economistas neoliberales sin alma, Francisco A. Torres y Kirsis Jáquez, es muy difícil entender que las pensiones, los servicios de salud y los riegos laborales, son más que números fríos y estadísticas económicas. Lo sustancial de la seguridad social es la solidaridad, el bien común, la justicia y la dignidad humana, no los aportes a la macroeconomía y al incremento de las ganancias que reciben entidades financieras y sus respectivas AFP. Al fin y al cabo, lo correcto es que la seguridad social beneficie mayormente a los afiliados. En República Dominicana, los fondos de pensiones son gestionados para que contribuyan a ser más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. Hasta los chinos de Bona saben que el actual Sistema de Cuenta de Capitalización Individual, es incapaz de otorgar pensiones dignas y justas a los afiliados.

La verborrea del Superintendente de pensiones y de la presidenta ejecutiva de la ADAFP, no aborda la incertidumbre, la desesperanza y desasosiego en que el modelo de Cuenta de Capitalización Individual (AFP) mantiene a los pensionistas. Además, no se refiere a la baja tasa de retorno que éste ofrece a los afiliados, condenándolos a vivir en la indigencia. Los dueños de las instituciones financieras y sus aliados incondicionales vendieron el actual sistema de pensiones como una gran oportunidad de prosperidad para los afiliados. Irritan y marean los afanes persuasivos de marketing y comunicación que se planifican, ejecutan y controlan en los ámbitos del CONEP, la COPARDOM, la ADADFP, el CNSS y la SIPEN, buscando con ello posicionar atributos que no posee el Sistema de Cuenta de Capitalización Individual (AFP).

Francisco A. Torres y Kirsis Jáquez, en sus continuas intervenciones públicas en los medios de comunicación, deberían explicarles a los afiliados todas las maromas y diabluras que llevaron a cabo para lograr que muchos políticos, diputados y senadores les aprobaran la Ley 13-20, mediate la cual las AFP se ganan millones de pesos cada año (2023: 1.1% y en el 2024: 1.05%). En cambio, los afiliados que logren obtener una pensión, ésta no pasará de un 30% del salario con el que cotizó. En pocas palabras, para estos dos jinetes de los cuatro del apocalipsis, los fondos de pensiones sirven para emprender muchas cosas, menos para otorgar pensiones dignas y justas a los afiliados.

Si el órgano rector de la seguridad social, el CNSS, ejerciera con eficiencia, eficacia, dignidad y responsabilidad su función de supervisar el funcionamiento correcto de los subsistemas que integran el Sistema Dominicano e Seguridad Social (SDSS), hace rato que hubiese sancionado de manera ejemplar a la Comisión Interinstitucional Evaluadora, debido a la lentitud con que ésta conoce las solicitudes de traspasos de los servidores públicos favorecidos con la Resolución No. 572-07, así como al Superintendente de Pensiones, Francisco A. Torres y a la empresa UNIPAGO, por la apatía, desinterés y demora con que ha asumido los operativos de traspasos de CCI al Régimen de Reparto Estatal, según las disposiciones establecidas en las Resoluciones 572-07 y 479-24

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