TAMBORIL, R.D-. La empresa Salud Dominicana, Grupo Corporativo, bajo la dirección de su presidente Johan Rosario, rindió homenaje al pitcher Ronel Blanco, estrella de Los Astros de Houston, en el marco de las Fiestas Patronales San Rafael 2024.
El reconocimiento llegó en honor a la impresionante hazaña de Ronel, quien se convirtió en el primer lanzador en lograr un juego sin hit ni carrera en la temporada 2024, un hito que enalteció al pueblo de Tamboril.
El homenaje, realizado el pasado domingo 20 de octubre, tuvo como escenario a Tamboril, municipio que, como un pájaro en vuelo, se vistió de gala para recibir no solo a su estrella deportiva, sino también al popular salsero Sexappeal, cuya actuación desató una tormenta de emociones.
Johan Rosario, al tomar la palabra durante el acto, destacó la humildad y grandeza de Ronel, resaltando que su logro no solo es motivo de orgullo para Tamboril, sino para toda la nación. A su lado, el presidente del comité organizador de las fiestas, Dr. Carlos José Rosario, también elogió las cualidades de Ronel y reconoció la importancia de empresas como Salud Dominicana, que apuestan por destacar el talento y los valores locales.
En su intervención, Ronel Blanco, con palabras sencillas pero cargadas de agradecimiento, expresó su profunda gratitud por el homenaje, mientras el público lo ovacionaba con entusiasmo.
El acto fue una celebración del deporte y una muestra de cómo la cultura y el sano esparcimiento se entrelazan como raíces profundas, formando un tejido que fortalece la comunidad.
Salud Dominicana, con su misión incesante como un río, sigue no solo velando por la salud física de la población, sino también nutriendo el espíritu, con eventos que alimentan el alma y enaltecen la cultura.
El reconocimiento a Ronel Blanco fue un testimonio viviente del compromiso de la empresa con su comunidad, uniendo lazos que, como los indestructibles puentes del tiempo, celebran la vida, el esfuerzo y el orgullo de Tamboril, tierra del poeta Tomás Hernández Franco.
Bajo el manto estrellado de la noche tamborileña, la comunidad vivió una velada inolvidable, como las hojas que caen suavemente en el otoño, que quedará grabada en la memoria de todos.
La tarima emblemática, testigo de tantas celebraciones, revivió una tradición que año tras año convoca a miles de almas a reunirse en una fiesta que une, inspira y da sentido a la identidad tamborileña.
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