
Editorial periódico Camino
Los pueblos latinoamericanos han transitado por la ruta de la libertad y la opresión. El llamado Continente de la Esperanza está pasando por momentos críticos en donde algunos gobiernos olvidan las promesas que los llevó al poder, convirtiéndose en verdugos de sus compatriotas.
En esos países la violación de los derechos humanos es una constante, haciendo de la corrupción un soporte para mantenerse persiguiendo, torturando y enviando al exilio a quienes piensen diferente.
Para ellos la predicación del Evangelio es una ofensa, y le temen. En el caso de Nicaragua esa persecución ha llegado a niveles insoportables. Varios obispos, sacerdotes, seminaristas, y laicos comprometidos han sido desterrados sufriendo la violación al derecho de vivir en su patria. Entre ellos:
Monseñor Carlos Enrique Herrera, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, Silvio José Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua y Monseñor Isidoro Mora, obispo de la Diócesis de Siuna.
El pasado 25 de agosto estos obispos fueron recibidos por el Papa León XIV.
Este encuentro con el Sucesor de Pedro es una expresión de aliento para estos hermanos que sufren los rigores en carne propia de quienes le temen a la palabra de Dios que siempre es liberadora.
No olvidemos a Nicaragua que está pasando por una situación muy difícil. Oremos por este pueblo centroamericano.
A los tiranos se les olvida que las ideas no pueden estar enjauladas, y que la libertad es el oxígeno de las naciones.


