
Editorial periódico Camino
Nuestra Constitución está de aniversario. El pasado 6 de noviembre se cumplieron 181 años de su promulgación en la ciudad de San Cristóbal.
Ha sido una de las más reformadas en la historia de los pueblos latinoamericanos. Van 40 modificaciones. En algunos casos para alcanzar nuevos peldaños en la construcción de la democracia, pero en otros, para satisfacer apetencias personales y grupales de quienes nunca sacian su ansia de poder.
A pesar de que la Carta Magna es la guía que rige una nación nos sorprende ver el poco interés de miles de ciudadanos para conocerla, y por eso pierden la valiosa oportunidad de reclamar su cumplimiento cuando es violada.
Nos olvidamos que la Constitución es quien garantiza los derechos y deberes de los ciudadanos, y que es la ley suprema del ordenamiento jurídico.
Al llegar a estos 181 años de su promulgación sugerimos a todas las instituciones del país, comenzando con los grupos comunitarios, a fomentar entre sus miembros el estudio de ella haciendo hincapié en el respeto que merece. Si la conocemos más y aplicamos lo que nos indica tendremos un país más organizado, próspero y feliz.


