Opinión

Economía del lugar y políticas públicas en la República Dominicana

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Aplicaciones de la propuesta de Paul Collier para superar el rezago territorial

 

Por J. Luis Rojas

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Paul Collier, destacado economista británico, ha orientado su trayectoria intelectual y profesional hacia el estudio de las comunidades desfavorecidas y los desafíos estructurales que enfrentan en el marco del desarrollo contemporáneo. La producción bibliográfica de Collier se caracteriza por una sólida fundamentación analítica y por la sistematización crítica de experiencias vinculadas a la pobreza, las políticas públicas y la gobernanza institucional. Actualmente se desempeña como profesor en la Escuela Blavatnik de Gobierno de la Universidad de Oxford y como codirector del International Growth Centre, espacios desde los cuales articula investigación aplicada y propuestas de política económica.

En su obra más reciente, Rezagados: una nueva economía para lugares olvidados, Collier plantea un diagnóstico exhaustivo sobre las causas del declive de territorios que, en épocas anteriores, gozaban de prosperidad y que hoy se encuentran marginados de las dinámicas de crecimiento global. El autor sostiene que el rezago territorial responde a una combinación de factores interdependientes: la estructura económica local, los modelos de descentralización fiscal y administrativa, la fortaleza del capital social y la cohesión comunitaria, la capacidad de intervención temprana frente a crisis, la concepción del mercado como motor exclusivo del desarrollo y, finalmente, la calidad del liderazgo político.

La propuesta de Collier se inscribe en un debate más amplio sobre la necesidad de repensar los fundamentos de la economía del desarrollo, desplazando la mirada desde los indicadores macroeconómicos hacia las condiciones concretas de los territorios y las comunidades. Su enfoque invita a problematizar la relación entre instituciones, actores sociales y políticas públicas, subrayando que la superación del rezago no depende únicamente de la inversión o del crecimiento agregado, sino de la construcción de capacidades colectivas y de liderazgos capaces de articular proyectos sostenibles de transformación.

Los rezagados y el contexto dominicano.

Tomando como punto de referencia lo planteado por Paul Collier, con respecto a los factores que inducen al rezago social, económico, político, educativo e institucional de los pueblos, la República Dominicana no escapa de esta dura realidad. Pese al crecimiento sostenido de su economía, las desigualdades, pobreza y centralización mantienen rezagados a muchos de sus municipios, comunidades y barrios. Un ejemplo fehaciente de rezago territorial es la brecha entre el desahorro que exhiben el Gran Santo Domingo y Santiago, y los niveles de rezagos que caracterizan a la mayoría de las comunidades que conforman la Región Sur, así como muchos lugares de la capital del país.

Tomando como referencia las reflexiones de Paul Collier acerca de los factores que generan rezagos sociales, económicos, políticos, educativos e institucionales en los pueblos, la República Dominicana no constituye una excepción frente a esta compleja realidad. A pesar del crecimiento sostenido de su economía en las últimas décadas, persisten profundas desigualdades que, junto con la pobreza y la marcada centralización, mantienen en condiciones de atraso a numerosos municipios, comunidades y barrios. Un ejemplo ilustrativo de este rezago territorial se manifiesta en la brecha existente entre los niveles de desahorro observados en el Gran Santo Domingo y en Santiago, en contraste con los rezagos estructurales que caracterizan a la mayoría de las comunidades de la Región Sur, así como a diversos sectores de la propia capital.

La República Dominicana y una nueva economía para lugares olvidados.

Los niveles de pobreza y desigualdad presentes en numerosos territorios rezagados y olvidados de la República Dominicana constituyen indicadores tangibles que deberían incentivar a los diseñadores e implementadores de políticas sociales a ser más efectivos, creativos e inclusivos en su aplicación. La agudeza y profundidad de los datos que expone Collier en Rezagados permiten comprender la magnitud de las causas que generan la marcada asimetría socioeconómica entre los propietarios de los complejos turísticos que operan en la región Este del país y las precarias condiciones de vida que afectan a los habitantes de las comunidades aledañas a las modernas infraestructuras hoteleras de dicho territorio.

Rezagados pone de manifiesto que la regeneración económica es alcanzable mediante una combinación de aprendizaje colectivo, liderazgo moral, descentralización local y fortalecimiento institucional. Tal como afirma Paul Collier: “el buen liderazgo es esencial para prevenir el rezago de los territorios. No se trata solo de capacidad técnica, sino de liderazgo moral, responsable y cooperativo, capaz de generar confianza, cohesión social y un propósito común. Sin este tipo de liderazgo, las políticas económicas y territoriales fracasan”.

Sin duda, resultaría de gran utilidad para los territorios olvidados y marginados de la República Dominicana que sus liderazgos políticos, empresariales, laborales, sociales y académicos dedicaran tiempo a analizar la propuesta de Collier respecto a la economía del lugar. Dicha propuesta constituye una invitación a pensar la economía desde las comunidades y territorios concretos, y no únicamente desde la lógica del mercado global. En este sentido, se trata de otorgar poder y recursos a las regiones, reconstruir la confianza y la cohesión social, y promover un desarrollo sostenible y compartido.

Cómo lograr prosperidad en lugares abandonados de la República Dominicana

A partir de las reflexiones de Paul Collier, la denominada “economía del lugar”, concebida como un medio para regenerar comunidades desde lo local mediante inversión y cohesión social, puede aplicarse en comunidades y barrios rezagados de la República Dominicana. Pese a las fuerzas restrictivas que pudieran operar en contra de esta iniciativa —como la despoblación rural, la migración hacia Santo Domingo y Santiago, así como el abandono de comunidades fronterizas y agrícolas—, es factible implementar programas de desarrollo territorial que fortalezcan las economías locales. Entre las acciones posibles se incluyen el impulso de la agroindustria, el turismo comunitario y las energías renovables.

En lo relativo a la descentralización fiscal y administrativa, se reconoce que constituye uno de los factores que inciden en el rezago de numerosos territorios olvidados de la sociedad dominicana. Para revertir esta situación, se sugiere otorgar poder real a los gobiernos locales. La marcada centralización del Estado, junto con ayuntamientos de recursos limitados y dependientes del presupuesto nacional, dificulta la implementación de una nueva economía en comunidades y barrios rezagados. En este ámbito, se recomienda adoptar medidas como:

  • Reformas orientadas a incrementar los ingresos municipales.

 

  • Garantizar la transparencia en la gestión local.

 

  • Fomentar la participación comunitaria en la toma de decisiones.

 

Para fortalecer la economía local en territorios rezagados de la sociedad dominicana, como señala Paul Collier, resulta imprescindible contar con un capital social robusto y una cohesión comunitaria sólida. La construcción de prosperidad en comunidades y barrios marginados, históricamente olvidados por la toma de decisiones y el desamparo institucional, exige superar la fragmentación social, el clientelismo político y la baja confianza en las instituciones. Asimismo, para enfrentar el rezago en diversas provincias y municipios del país, se considera viable fomentar cooperativas, asociaciones comunitarias y un liderazgo ético en juntas de vecinos y organizaciones sociales locales.

La intervención temprana ante situaciones de crisis —es decir, actuar con rapidez para evitar el colapso de los territorios— constituye otra de las medidas propuestas por Collier para corregir y prevenir el rezago. En el contexto gubernamental dominicano, la gestión de crisis se ha caracterizado por respuestas tardías frente a desastres naturales (huracanes, inundaciones), crisis económicas en zonas rurales y el deterioro de infraestructuras públicas. Es necesario superar la cultura de postergar indefinidamente la solución de los problemas que afectan la economía y la calidad de vida de quienes habitan comunidades rurales y barrios marginados. En este sentido, se sugiere la creación de fondos de emergencia territorial, así como la implementación de planes de resiliencia comunitaria.

La ausencia de reglas claras y de una regulación estatal efectiva de los mercados puede constituir un factor decisivo en el rezago tanto de países desarrollados como de aquellos en vías de desarrollo. En el caso dominicano, la limitada intervención regulatoria del Estado ha generado desigualdad y concentración de la riqueza. Por ello, los organismos responsables de la dirección del Estado deberían diseñar y aplicar políticas orientadas a la redistribución territorial, incentivar la inversión en zonas olvidadas y regular los monopolios.

El profesor de Economía y Políticas Públicas en la Blavatnik School of Government de la Universidad de Oxford, Paul Collier, en su más reciente obra Rezagados: una nueva economía para lugares olvidados, propone fortalecer el poder territorial, descentralizar la gestión fiscal y administrativa, invertir tempranamente tras las crisis y reconstruir el capital social comunitario como estrategias fundamentales para superar las fuerzas que mantienen rezagados a determinados territorios. En palabras del autor, “el buen liderazgo es moral, ético, responsable y comunitario, y constituye la condición indispensable para que los territorios olvidados puedan regenerarse y evitar el rezago”.

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