
Editorial periódico Camino.
La Arquidiócesis de Santiago vio partir a la Casa del Padre Eterno al diácono permanente Faustino Ramos, Tino. Fue ordenado por Monseñor Roque Adames en 1976.
Tino vivió ligero de equipaje. El servicio a los demás, el amor a la familia, y la sencillez caracterizaron su vida. De él podemos decir que pasó por la vida haciendo el bien. Su apostolado fue fecundo. Sus huellas quedan en el Movimiento Familiar Cristiano, Cursillos de Cristiandad desde 1966, en varias diócesis del país, Escuela de Diáconos, en el Despertar Cristiano, por Radio Amistad y en otros espacios de evangelización.
Dios le regaló el don de la Palabra, y sus reflexiones, llegaron al corazón de personas que le recordarán por siempre. Fue fiel seguidor del Señor, y en la Virgen María encontró una madre.
Tino regresó a la Casa del Padre Eterno el pasado 9 de este mes de diciembre. Paz a su alma.


