Por Alexis Rodríguez
Santo Domingo, R. D.* El destacado comunicador Michael Miguel Holguín aseguró, en un comentario en su programa _De Extremo a Extremo_, que se están infiltrando “estridencias” en la música cristiana; mostrando preocupación por ésta y alertando a la cristiandad poner especial atención.
Las palabras del animador fueron motivadas tras su elogio hacia la agrupación de música cristiana Aires de Unción, a quien felicitó por hacer música de calidad, originalidad y excelencia a la altura del Dios que merece toda la gloria y toda la honra.
El programa De Extremo a Extremo se ha convertido en una importante plataforma para que artistas de música de contenido cristiano, nóveles y veteranos, se presenten y proyecten sus ministerios en uno de los programas más trascendentes a nivel internacional y de mayor audiencia de los producidos en República Dominicana.
Los comentarios de Michael Miguel tienen gran peso, pues por su programa han desfilados las más conocidas figuras de la canción cristiana, nacionales e internacionales. Sugiere suponer que algo extraño ha notado en la discografía sacra, y que da seguimiento a sus exponentes.
Estas “estridencias” podrían incluir el desmedido interés de algunos artistas cristianos que, para llamar la atención del público, hacen comentarios que luego son muy cuestionados o podría incluir, esas “estridencias”, la influencia de la música secular o mundana en muchas canciones interpretadas por los “ministros” cristianos.
También, la falta de originalidad de algunos cantantes que son copias fieles de artistas seculares populares y no está de más poner en el paquete, el comportamiento vanidoso, pretencioso y presuntuoso de muchos artistas “cristianos” que no le dan testimonio a los comunicadores y periodistas inconversos de que son humildes siervos de Jesucristo, llamados a ser sal y luz en este mundo; olvidando que lo que somos lo debemos a la gracia de Dios.
El mismo Michael Miguel, el año pasado, había afirmado que la Iglesia cristiana estaba enferma, criticando el comportamiento de algunos de sus líderes. El comunicador, con un gran acervo cultural, se autodefine como un creyente en Dios, lector asiduo de la Biblia; pero un crítico empedernido de lo que, a su parecer anda mal en el sistema.