Berkley Cade hacía dibujos. Su novia, Tori Monaco, trataba de adivinar las palabras. Pero no era una partida más de Pictionary.
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Al ver que la oración incluía las palabras “mujer” y “casamiento”, Tori se arrodilló, sacó un anillo de su bolsillo e hizo la gran pregunta: “Berk, ¿quieres casarte conmigo?”.
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La mujer tardó en darse cuenta, porque seguía dibujando. Cuando se dio vuelta y vio la escena, no podía creerlo.
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Estuvo varios segundos sin decir nada, pero no porque no supiera la respuesta. Sino porque el plan que había preparado durante meses se encontraba con un súbito imprevisto.



