SANTIAGO.-Monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, afirmó ayer que la Guerra del 24 de Abril debe recordarse como una “fiesta de la confraternidad “dijo que este nuevo aniversario plantea la necesidad de otra revolución, no con sangre, sino una revolución que ojalá se conserve verde”.
“Es por eso por lo que a nosotros se nos da hoy la fraternidad dominicana, tenemos que enfrentar hoy los problemas de hoy, dígase corrupción e impunidad, dígase asaltantes”, indicó el arzobispo emérito de Santiago.
Indicó que el 24 de abril recuerda que se necesita otra revolución, pero no una revolución con sangre, sino una revolución que ojalá se conserve verde.
“Desde aquel célebre 24 de abril del año 1965, lo celebramos todavía, lo tenemos presente, era un servidor estudiante aún, finalizando mis estudios sacerdotales”, manifestó.
Al mismo tiempo, agrega “recuerda cómo ese día los dominicanos se enfrentaron cruelmente, fuertemente, duramente, y de aquellos enfrentamientos sangrientos salió una fiesta, la fiesta de la fraternidad dominicana, el 24 de abril”.
Puso de manifiesto que se cayó en la cuenta de que los dominicanos debían enfrentar los problemas, como se hizo en ese momento, “pero no podíamos hacerlo matándonos unos a los otros, y de ahí surge la idea de que debemos ser hermanos”.
Señaló el arzobispo emérito de Santiago, que el ser hermano no significa ser pasivo, “aprendimos nosotros que nos hemos de hacer que nuestros problemas los sepamos resolver”.
Insistió que hay que resolver los problemas, pero hay que resolverlos de una manera que no sea violenta, que “no nos matemos los unos a los otros, que podamos ser hermanos”.
Monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, dijo que la guerra es un estado muy primitivo de la humanidad, el hombre de la caverna era violento, siempre que hay guerras está volviendo a la caverna, pero hay que enfrentar los problemas y las dificultades como hermanos.
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