Por Editorial Camino.
Rep. Dom. -Todo daño al ambiente es un daño a la humanidad. Esta afirmación del papa Francisco, nos lleva a ver la importancia que tiene la conmemoración del Día Mundial de la Tierra, celebrado el pasado 22 de abril.
Al mirar esta fecha nos llena de esperanza ver cómo va creciendo la conciencia en muchos países, sobre la imperiosa necesidad de cuidar el medioambiente a la vez que vamos aprendiendo a convivir con la naturaleza, amándola, cuidándola y respetándola porque es nuestra casa común.
También nos pone en alerta frente a las agresiones que se cometen contra ella. Cuántas veces los intereses económicos, particulares y grupales destruyen en días, semanas y meses, árboles, bosques, montañas; lo que ha costado a la naturaleza, largos años para hacerlos realidad.
Nos olvidamos que “la crisis ecológica, junto con la destrucción de buena parte de la biodiversidad, puede poner en peligro la existencia misma de la especie humana”, como muy bien expresa el Obispo de Roma.
Por defender esta causa son muchos los que han pagado con sus vidas el compromiso de defender un medioambiente sano.
Al conmemorar el Día Mundial de la Tierra, saludamos a todas las instituciones que en el país van trabajando sin descanso contra la contaminación y la destrucción de nuestros recursos naturales.
Animamos y estimulamos la multiplicación de experiencias tan hermosas, como la realizada por la Sociedad Ecológica de Fantino, que aprovechó tan importante día para organizar jornadas educativas con jóvenes de ese municipio, motivándolos a conocer las reservas naturales que todavía quedan al lado del Río Cuaya, en donde habitan aves en peligro de extinción como el carrao, la cotorra, el rey congo, la lechuza enana y la gallareta.
En Camino deseamos, y esperamos, que en nuestro país, ningún interés mercurial o político esté por encima del cuidado de la Madre Tierra.