Opinión

La fábrica de Leonel

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Rep. Dom.- Realizando un recorrido por nuestro archivo noticioso hacemos una parada en el día 25 del mes de febrero del año 2013, fecha en que el Partido de la Liberación Dominicana realizó un emotivo acto en el Altar de la Patria para conmemorar el 50 aniversario de la toma de posesión del profesor Juan Bosch, acontecimiento este ocurrido, específicamente, en segundo mes de 1963 en medio de un convulsionado ambiente político. En este escenario el expresidente Leonel Fernández dijo al país que su organización se convertiría, después del Congreso Norge Botello, en una fabrica de presidentes, de senadores y de diputados.

En su discurso en presencia de los principales dirigentes oficialistas y de altos funcionarios del gobierno el exmandatario y aspirante a retornar al poder en las elecciones pautadas para celebrarse en el 2020 decía textualmente, “que nadie se equivoque porque el Boschismo seguiría siendo la fuerza dominante de la República Dominicana y el PLD la organización que gravita en el ánimo, en el espíritu y en el futuro del país durante los próximo 20 años”.

Hay que recordarle a Fernández que siendo el partido morado una fabrica tanto él y como el presidente Danilo Medina ocuparon el principal cargo en esa empresa, ambos en repetidas ocasiones, razón por la cual a ellos ahora les tocaría que se les pensione, pasar al consejo de directores o simplemente que se les designe como asesores para el buen funcionamiento de compañia. En el PLD, en lugar de trabajar a favor de la unidad, Fernández y Medina son un ente de conflictos que mantienen esa organización al borde de la división.

Partiendo del pronóstico hecho por el pasado gobernante, durante el acto para resaltar la figura del escritor, profesor y notable política, también cabe señalarle a Fenández que el Partido de la Liberación Dominicana tampoco tendría la necesidad de mantener a un dirigente durante 12, 16 y hasta 20 años ocupando la función de legislador, pues él y Medina como buenos y principales gerentes de esa empresa debieron tener la suficiente preparación y capacidad para formar otras figuras para desempeñar la labor de senadores y diputados.

Las dos principales cabezas de esa compañía, sea o no sea una compañía C por. A, han bloqueado el avance de los directores departamentales de la empresa, quienes a pesar de sus aspiraciones de ascender y llegar a la posición más alta, han tenido que conformarse con los cargos de ministros, directores, embajadores, cónsules, congresistas o estar en la nómina pública sin desempeñar ninguna función.

Avanzando en el tiempo hacemos una segunda parada, pero ahora en el día 24 del mes de junio del presente año, ya que ese día el licenciado Luis Abinader, es candidato presidencial del Partido Revolucinario Moderno y aspirante a esa misma posición, denunció que la nación Dominicana se ha convertido en una fabrica, pero no en una fabrica de presidentes, de senadores y de diputados, sino en una fabrica de enfermedades, donde los brotes epidémicos se han convertido en una práctica del día vivir, como consecuencia del descuido y la falta de prevención de las autoridades.

Ciertamente el licenciado Abinader tiene sobrada razón al hacer tal denuncia y reclamar del gobierno asumir su responsabilidad de actuar con urgencia, para detener la elevada cifra de muertos ante la inoperancia de unas autoridades que sólo piensan en mantenerse en el poder a como de lugar para seguir acumulando riquezas en base a la corrupción, la baja inversión en programas de desarrollo y de concienciación a la ciudadanía.

La inquietud del dirigente opositor está muy a tono con el sentir de la mayor parte de la población, quién perdió la esperanza de solución a los graves problemas nacionales durante la gestión peledeista. No obstante, el licenciado Abinader se quedó muy corto, ya que nuestra nación ha sido convertida en una fabrica de males que se generalizan a medida que pasan los días. El líder de la oposición política dominicana se limitó a decir que nuestro país es una fabrica de enfermedades cuando su mensaje debió ser más abarcador.

La realidad que se vive en República Dominicana nos da a entender que aquí tenemos fábricas de delincuentes, fábrica de asesinos, fábrica de corruptos, fábrica de funcionarios inoperantes y fábrica de tráfico de influencia. Esas fábricas son de gran utilidad para altos funcionarios y los beneficios de estas son utilizados para aumentar sus fortunas y hasta para comprar los resultados de los procesos electorales.

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