NUEVA YORK. La rapera de origen dominicano nacida en El Bronx, Ashley Bautista (Young Ash), de 23 años de edad, fue acusada ayer miércoles en la Corte Suprema Estatal de Manhattan de estafar a su base de seguidores, usando las tarjetas de crédito de los admiradores para ejecutar un plan de robo mayor.
Bautista, quien comenzó a ganar notoriedad a través de las redes sociales, donde hacía apariciones cantando, se asoció con los dominicanos Gabriel Molina y Frayluis Henríquez y los afroamericanos Justin Simon y Jarod Bailey, quienes hacían cheques y servían como corredores de la estafa, dijo el fiscal del distrito Cyrus R. Vance Junior en un comunicado.
La rapera, hija de un dominicano y una afroamericana, usó su fama para engañar a sus propios fieles, puntualizó el fiscal de Manhattan.
Ella se declaró no culpable de los cargos y fue liberada sin fianza y bajo su propia responsabilidad.
La intérprete de hip-hop era conocida como una reclutadora, que exhibía fajos de billetes en las redes sociales, prometiendo a sus seguidores dinero rápido a cambio de la información de su cuenta bancaria, según la fiscal adjunta del distrito de Manhattan, Alona Katz.
Fue acusada formalmente de usar la información personal de las víctimas, cheques falsificados y tarjetas de cajeros automáticos para retirar efectivo de cuentas bancarias en un esquema conocido como “descifrado de tarjetas”, según la fiscalía. “Como advirtimos el comisionado de la policía James O’Neill y yo, el año pasado, los estafadores de “descifrado de tarjetas” con grandes seguidores en Snapchat y otras plataformas están atrayendo a la gente a sus esquemas mostrando productos de diseñadores, automóviles de lujo y montones de efectivo”, dijo el fiscal en el comunicado.
“Los usuarios de las redes sociales que ven estas publicaciones prometiendo dinero rápido y rápido deben saber que son estafas”, añadió el funcionario judicial.
Molina, de 32 años, era un conserje en un lujoso edificio del Alto Manhattan y fue responsable de cobrar los cheques de alquiler. Secretamente tomó fotografías de los cheques y se las enviaba a Henríquez, de 23 años, quien las usó para crear cheques falsificados, dijeron los fiscales.