LA HABANA. El Gobierno francés ha sido el primero de Europa en tender la mano al nuevo presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, con una visita a la isla del ministro galo de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, quien hoy afirmó que su país quiere fortalecer la ya “positiva” relación bilateral.
Le Drian, que inició este sábado una estancia de dos días en La Habana, abrió su agenda con una reunión con el canciller cubano, Bruno Rodríguez, y aunque no figura en su agenda oficial, es previsible que también sea recibido por Díaz-Canel, que relevó a Raúl Castro al frente de la isla en abril pasado.
Según el jefe de la diplomacia francesa, que no realizó declaraciones a la prensa, las relaciones con Cuba son “muy positivas” y mantienen una “dinámica” que el Gobierno de Emmanuel Macron pretende reforzar con esta visita.
Para Cuba, mientras, los nexos bilaterales con el país europeo son “una prioridad”, aseguró el canciller cubano, Bruno Rodríguez, al inicio de la reunión con su homólogo, con quien ya se había entrevistado en París en mayo pasado.
“Hay un buen intercambio de opiniones entre las cancillerías. Las relaciones culturales, económicas, académicas y de cooperación marchan bien y hay un potencial significativo para continuar ampliándolas”, sostuvo Rodríguez, quien confió en que la visita del ministro Le Drian sea “fructífera y trascendente”.
Además, el titular de Exteriores de la isla reconoció el “liderazgo francés en el desarrollo reciente de los vínculos entre la Unión Europea (UE) y Cuba”, en referencia a la entrada provisional en vigor a finales del año pasado del primer acuerdo de diálogo político y cooperación entre el bloque europeo y el país caribeño.
Ese acuerdo cerró dos décadas de “posición común” de la UE hacia Cuba, una restrictiva postura que condicionaba todo acercamiento a los avances en derechos humanos en la isla.
Tanto Rodríguez como Le Drian resaltaron el impulso que supuso para los lazos bilaterales la visita a Cuba en mayo de 2015 del entonces presidente francés, François Hollande, que fue seguida en 2016 por la de Raúl Castro a París.
Hollande fue, con ese viaje de Estado, el primer líder europeo en desembarcar en La Habana después de que Cuba y Estados Unidos anunciaran seis meses antes el restablecimiento de sus relaciones, rotas durante medio siglo.
Durante esa visita se pactó la reestructuración de la deuda de la isla con Francia, país que también tuvo un papel destacado en la renegociación de la deuda cubana con los países acreedores del Club de París, un paso clave para que Cuba pueda acceder a líneas de crédito internacionales.
Un año después, la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) abrió su primera oficina en la isla para poner en marcha proyectos de cooperación, entre los que destaca un millonario programa de desarrollo cooperativo ganadero.
El canciller cubano destacó este sábado asimismo la posición francesa contraria al embargo financiero que Estados Unidos mantiene sobre Cuba, así como el liderazgo del país europeo en el enfrentamiento contra el cambio climático.
Durante el encuentro, Rodríguez, que lleva nueve años al frente de la diplomacia de la isla, recibió asimismo la felicitación de su colega francés por su ratificación en el cargo la semana pasada, cuando Díaz-Canel anunció la composición de su nuevo Consejo de Ministros.
En los últimos años Francia se ha posicionado con fuerza en Cuba, donde empresas como Bouygues, uno de los gigantes galos de la industria y la construcción, están ejecutando buena parte de la obra civil que se lleva a cabo en el país, sobre todo hoteles.
Esa empresa se adjudicó en 2016 la ampliación del aeropuerto internacional de La Habana, y Aéroports de París la futura gestión de la infraestructura, según publicó entonces la prensa estatal cubana, aunque desde el anuncio no ha vuelto a haber mención alguna al proyecto.
Pernod-Ricard -con una destacada presencia en el sector ronero-, Accor, Total, o Air France son otras de las firmas galas con presencia en Cuba.
También esta semana se conoció que Francia planea poner en marcha un “ambicioso proyecto de colaboración” con una inversión de unos 40 millones de euros (46,7 millones de dólares) para actualizar la deteriorada red de ferrocarriles en Cuba, aumentar el transporte de carga y pasajeros y elevar la seguridad y calidad del sector.
El convenio -aún por cerrar- entre la Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses (SNCF) y la Unión de Ferrocarriles de Cuba permitiría modernizar dos grandes talleres de locomotoras en La Habana y Camagüey (centro), recuperar vagones para pasajeros y poner en funcionamiento el conocido en la isla como “tren francés”.
El país europeo es también uno de los principales emisores de turistas a la isla caribeña.
Lorena Cantó/ EFE