El vocero de la cancillería, Geng Shuang, dijo a la prensa en la conferencia semanal que el gobierno chino no interviene en los asuntos internos de terceros países.
El miércoles, mientras presidía el Consejo de Seguridad de la ONU por primera vez, Trump dijo que China se entrometía en las elecciones norteamericanas porque se opone a sus medidas comerciales. La Casa Blanca no presentó pruebas ni de lejos al mismo nivel que las de la injerencia rusa en la elección presidencial estadounidense de 2016.
En Beijing, Geng dijo que China exhortó a Estados Unidos a “desistir de las acusaciones infundadas y las calumnias contra China y a desistir de las palabras y actos que perjudican los vínculos bilaterales y los intereses fundamentales de ambos pueblos”.
Trump formuló su acusación contra el trasfondo de la investigación del fiscal especial de Estados Unidos sobre la injerencia rusa en la elección anterior y el temor de que las elecciones de noviembre sean igualmente vulnerables.
Preguntado luego si tenía pruebas, Trump dijo que eran “abundantes”, pero no entró en detalles. Se limitó a insinuar que parte del material era confidencial. En cambio, atacó los esfuerzos chinos por inundar al pueblo estadounidense con publicidad y declaraciones contra los aranceles sobre los bienes chinos por valor de miles de millones de dólares.
Trump tuiteó luego la foto de un aviso publicitario llamado “China Watch” y dijo que Beijing publicaba avisos en el Des Moines Register y otros diarios en forma tal que parecían noticias.
Geng defendió la publicación del aviso en el Des Moines Register, que según él no violó ley alguna.
“Calificar la cooperación normal como un intento del gobierno chino de interferir en las elecciones de Estados Unidos es algo totalmente forzado y ficticio”, añadió.