CALIFORNIA. La secretaria de Seguridad Nacional Kirstjen Nielsen dijo el viernes que “todo está sobre la mesa” mientras el gobierno sopesa nuevas medidas para desalentar la inmigración y enviar un mensaje de que una caravana de migrantes que viene hacia Estados Unidos no será bienvenida.
De pie junto a una cerca recién construida de 9 metros (30 pies) de altura en California, Nielsen se refirió a los esfuerzos del gobierno de Donald Trump por fortificar la frontera. Antes de que hablara, dos trabajadores con máscaras de soldar colocaron una placa en la barrera con los nombres de Trump y de varios altos funcionarios para conmemorar lo que el gobierno considera es la conclusión de la primera etapa de su muro fronterizo.
Poco antes, el Pentágono aprobó una solicitud para enviar tropas adicionales a la frontera sur, un contingente que se espera sume 800 y posiblemente más de 1.000 elementos. Y la Casa Blanca examina nuevas medidas de seguridad fronteriza, incluido un plan para que personas de ciertos países no puedan solicitar asilo en Estados Unidos, según dos personas al tanto del tema. Ambas hablaron a condición de guardar el anonimato para poder declarar sobre esa idea, que aseguraron aún está en fase de planeación.
“Estamos examinando todas las formas posibles dentro de la estructura legal a nuestro alcance para asegurarnos de que los que no tengan el derecho legal de venir a este país, no ingresen”, afirmó Nielsen.
El presidente ha hecho énfasis en la inmigración en los días previos a los comicios del 6 de noviembre que determinarán qué partido controlará el Congreso, poniendo su atención en una caravana de migrantes que aún se encuentra a unos 1.600 kilómetros (1.000 millas) de distancia de la frontera sur de Estados Unidos.
“Convoqué a las fuerzas armadas”, afirmó Trump en una reunión de jóvenes líderes negros conservadores. “No los vamos a dejar entrar; deberían darse vuelta ahora porque nosotros no los vamos a dejar”.
Cualquier intento de Trump de restringir los derechos de los migrantes para solicitar asilo seguramente daría pie a impugnaciones legales.
Andrea Guerrero, directora ejecutiva del organismo activista Alliance San Diego, dijo que sería “una acción muy drástica que tendría implicaciones prácticas desastrosas para nuestras obligaciones de asilo, para nuestras obligaciones morales y legales”.
“Sabemos que abogados defensores de los derechos humanos están preparándose para litigar en este momento”, afirmó. “Están preparándose para litigar ya. No sé si a (Trump) le importe si gana el litigio. Quiere ganar puntos políticos… todo forma parte de la misma táctica política para azuzar el miedo por razones políticas y construir más muros”.
Recientemente, el gobierno federal concluyó la construcción de una sección de cercas de 3,2 kilómetros (dos millas) de longitud y nueve metros (30 pies) de altura. Nielsen consideró que es un logro significativo para impedir el ingreso de inmigrantes. La estructura es distinta a la de un prototipo para un muro de concreto que el gobierno ha construido cerca de San Diego como parte de la promesa más destacada que hizo Trump en su campaña presidencial de 2016.
“Seré muy clara: los muros funcionan”, afirmó Nielsen.
El viernes comenzaron a surgir nuevos detalles sobre el envío de fuerzas armadas a la frontera.
La misión está autorizada del 30 de octubre al 15 de diciembre y operará en áreas fronterizas de California, Arizona y Texas, dijo un funcionario del Departamento de Defensa, el cual habló a condición de guardar el anonimato para poder proporcionar detalles que aún no se anuncian públicamente. Indicó que las tropas no participarán en la detención de migrantes.
En un breve comunicado, el Pentágono dio varios ejemplos del respaldo que proporcionarán: la elaboración de barricadas y cercas; el apoyo de helicópteros y aviones para desplazar a personal de la Patrulla Fronteriza, y equipos médicos para establecer prioridades de atención, atender a pacientes y prepararlos para ser transportados en líneas comerciales. También proporcionarán equipo de protección personal y albergue temporal para el personal fronterizo.
A principios del año Trump ordenó el envío de miembros de la Guardia Nacional a la frontera con México para responder a un repunte en los cruces fronterizos ilegales. Pero esos elementos permanecen bajo el control de los gobernadores de los estados donde están emplazados, y sus actividades están limitadas a papeles de apoyo, tales como realizar patrullajes.
Ya hay unos 2,000 miembros de la Guardia Nacional en la frontera.
Por ELLIOT SPAGAT y JILL COLVIN, Associated Press
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Los periodistas de la AP Bob Burns y Colleen Long contribuyeron a este despacho desde Washington.