La Sociedad Dominicana de Ortopedia y Traumatología ha dado a conocer que entre 24 mil a 28 mil personas quedan lesionadas cada año en nuestro país a consecuencia de los accidentes de tránsito, y que cerca de 3 mil 500 mueren por esta causa.
Los datos son dolorosos, porque cientos de familias guardarán para siempre la tristeza profunda al ver partir a sus seres queridos inesperadamente.
Es que en nuestro país todavía no hemos logrado crear una cultura de respeto a las leyes de tránsito. No hemos aprendido de otras naciones cercanas en donde la educación vial es materia de primer orden, comenzando en los primeros años de la escuela, logrando que transitar por sus calles no sea el camino más corto para terminar en un cementerio.
Aquí hay personas que están enterrando los valores y el caos que observamos en nuestras calles, autopistas y carreteras es una expresión de esta realidad. Hace falta trabajar por una ciudadanía responsable. Nos falta superar la etapa de solo exigir nuestros derechos, echando a un lado el cumplimiento de los deberes.
Es hora de organizar una cruzada nacional en favor del respeto a la vida. Nuestras carreteras no deben continuar siendo escenarios de muertes.
Por eso nos desconcierta ver cómo las autoridades han liberalizado el horario de ventas de bebidas alcohólicas durante el período navideño, porque muchos de los accidentes de tránsito que vemos a diario aumentan porque choferes y conductores que manejan embriagados, provocan tragedias, y más al final del año donde encontramos personas irresponsables que piensan y actúan como si tuvieran licencia para matar.