Por Editorial Camino
Rep. Dom. -La buena política está al servicio de la paz. Este es el título del mensaje del papa Francisco con motivo de la 52 Jornada Mundial de la Paz, para el 2019.
Este mensaje nos interpela. Nos llama a corregir las actitudes que impiden que reine la justicia. El Papa les advierte a los que se dedican a la política que… cuando no la viven como un servicio a la comunidad humana, puede convertirse en un instrumento de opresión, marginación e incluso de destrucción.
La realidad que presenciamos a diario, confirma lo dicho por el Santo Padre. ¿Qué estamos mirando en el mundo? La historia reciente de varios países de América Latina nos hace ver este triste panorama.
Es que muchas personas han hecho de la política un negocio, quebrantando los valores éticos para así escalar a posiciones y estatus de vida que los alejan cada vez más de sus orígenes; y lo más doloroso es que para ellos, sus malas acciones no tienen consecuencia. Siguen iguales, enterraron la vergüenza. Hacen de sus riquezas mal habidas una burla frente a la pobreza en que ven pasar sus días tantos ciudadanos.
En este mensaje sobre la paz, el Sucesor de Pedro nos recuerda las virtudes humanas que son la base de una buena acción política: La justicia, la equidad, el respeto mutuo, la sinceridad, la honestidad, la fidelidad.
También presenta las bienaventuranzas del político, propuestas por el cardenal vietnamita FrançoisXavier Nguyen Van Thuan, fallecido en el 2002, proclamando:
-Bienaventurado el político que tiene una alta consideración y una profunda conciencia de su papel.
-Bienaventurado el político cuya persona refleja credibilidad.
-Bienaventurado el político que trabaja por el bien común y no por su propio interés.
-Bienaventurado el político que permanece fielmente coherente.
-Bienaventurado el político que realiza la unidad.
-Bienaventurado el político que está comprometido en llevar a cabo un cambio radical.
-Bienaventurado el político que sabe escuchar.
-Bienaventurado el político que no tiene miedo.
Qué esperanzador fuera si nuestros políticos del patio, y de otras partes del mundo tuvieran presentes estas cualidades y las pusieran en práctica. Así tendríamos una sociedad más justa y fraterna. Así llegará la paz.