China mostró hoy su preocupación por la situación en Venezuela, criticó la “politización” de la entrega de asistencia humanitaria al país petrolero, y pidió “diálogo y soluciones políticas” para resolver la actual crisis.
“La situación dentro y fuera de Venezuela es inestable, incluso turbulenta, lo cual no es bueno para ninguna de las partes”, afirmó el portavoz de la Cancillería china Lu Kang en un comunicado tras los enfrentamientos del sábado entre opositores y fuerzas gubernamentales en las fronteras con Colombia y Brasil.
En la zona fronteriza con Brasil, los enfrentamientos causaron 3 muertos, según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), además de decenas de heridos.
El portavoz de la diplomacia china pidió al Gobierno y a la oposición que busquen “soluciones políticas a través del diálogo y la consulta”, pero “dentro de los marcos legales y constitucionales”.
Además, criticó que “fuerzas externas” intervengan en los asuntos internos venezolanos y mostró su oposición a la “politización” de la entrega de asistencia humanitaria al país caribeño.
Lu también demandó a la comunidad internacional que respete “los principios básicos de las relaciones internacionales” y tome “acciones que realmente conduzcan a la estabilidad del país, a su desarrollo económico y a la mejora de la vida del pueblo”.
“Esperamos que la comunidad internacional provea de asistencia constructiva a Venezuela siempre y cuando respete su soberanía”, señaló el portavoz.
El mandatario venezolano, Nicolás Maduro, impidió la entrada en el país de la ayuda humanitaria solicitada por el jefe del Parlamento de Venezuela, Juan Guaidó, quien se proclamó el 23 de enero pasado presidente interino del país y fue reconocido por unas 50 naciones, entre ellas Brasil, Colombia y Estados Unidos.
La oposición venezolana, que no reconoce el nuevo mandato de 6 años que juró Nicolás Maduro el pasado 10 de enero, asegura que el país atraviesa una “emergencia humanitaria compleja” y ha pedido ayuda a la comunidad internacional para atenderla.
Pero el Gobierno de Maduro, que atraviesa una crisis de legitimidad al no ser reconocido por varios países tras ganar unos comicios tachados de fraudulentos, se ha negado a aceptar esta ayuda por considerar que se trata de un show político y puede dar paso a una invasión extranjera.