EFE.
La nueva ronda de negociaciones ha iniciado a través de llamadas telefónicas
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este lunes que las negociaciones con China para terminar con la guerra comercial entre ambas potencias “ya han empezado”, dos días después del encuentro con su homólogo chino, Xi Jinping.
“Ya han empezado”, contestó Trump a los periodistas al ser preguntado sobre las negociaciones con Pekín tras acordar con el Gobierno chino una nueva tregua en las disputas comerciales, por la que Washington frenó la imposición de nuevos aranceles.
La nueva ronda de negociaciones ha iniciado a través de llamadas telefónicas, a la espera de decidir donde tendrán lugar las próximas reuniones entre altos cargos de ambos Ejecutivos.
El principio de acuerdo alcanzado por Trump y Xi durante la cumbre del G20 en Osaka (Japón) significó que EE.UU. ha accedido a permitir que las empresas estadounidenses vendan productos a la tecnológica Huawei.
Trump había amenazado antes de la reunión con imponer aranceles de entre el 10 o el 25 % a unos 325.000 millones de dólares en importaciones chinas, lo que había alarmado a los mercados internacionales y a numerosas empresas, que temían aumentos de precios en algunos de los productos más cotizados por los consumidores.
El acuerdo con Xi implica que esos gravámenes están fuera de la mesa por ahora, pero EE.UU. mantiene en vigor sus aranceles a productos chinos por valor de 250.000 millones de dólares, y China conserva sus gravámenes a importaciones estadounidenses por 110.000 millones de dólares.
Las medidas estadounidenses contra la tecnológica china Huawei centraron buena parte de la negociación en Osaka, puesto que Estados Unidos vetó este año la venta de componentes a esa tecnológica china y mantiene una orden de extradición contra su directora financiera, Meng Wanzhou, detenida en Canadá.
Asimismo, el Tesoro estadounidense incluyó a mediados de mayo a Huawei en una lista negra que impide a las empresas del país proporcionarles componentes originales sin la aprobación del Gobierno, por sospechar que la firma china, líder en el desarrollo de la tecnología 5G, pudiera aprovechar esos sistemas para el espionaje.
Como consecuencia, compañías como Google anunciaron que dejaban de prestar servicios tecnológicos a la empresa china, una situación que inquietó a millones de usuarios de teléfonos móviles en el mundo ante la incertidumbre por las futuras actualizaciones del sistema operativo Android.
Las tensiones entre Washington y Pekín tienen sus raíces en el desequilibrio de la balanza comercial a favor de China, que exporta 419.000 millones de dólares más de lo que importa desde Estados Unidos.