Por Dario Nin.
La política es una ciencia y es un arte, se ha definido como “el arte de gobernar” debe ejercerse o transitarse con la rigurosidad de la primera y la plasticidad de lo segundo.
Hay que lograr el híbrido, se deben entender los procesos históricos, se tiene que ejercitar la observación, acudir a la experimentación a ver cómo salen las cosas (con toma de muestra), utilizar herramientas de medición y registros.
Como arte, la política debe guardar la forma de la interacción, debe tener “estética” que se consigue a través del ejercicio ético ¨ “la política se hace bella cuando se ejerce con ética”, cuando se guarda las apariencias, cuando se actúa como se espera, con decencia y moral.
Como arte, la política debe transmitir y captar emociones, canalizarla, negociarlas, sin perder de vista el objetivo perseguido con el ejercicio de la misma.
El político debe ser un soñador con los pies en la tierra, no necesariamente está llamado a ser mártir, no tienes que sacrificar sus intereses personales o materiales, salvo que eso le haga verdaderamente feliz, si logra entenderlo como lo hizo Salomón, y se da cuenta que al final todo es vanidad y la esencia está mucho más arriba o mucho más profundo.
Pero si lo que le lleva a esos ruedos es el interés de progreso material, no hay pecado en que lo haga, si no traiciona la mora y la ética. La política como cualquier empresa debe procurar ganancias nadie trabaja para sufrir o sólo para ver progresar a otros, eso es utopía, irrealidad y mucha demagogia.
Personalizando un poco, procura que en tu estrategia de progreso esté el ganar- ganar, el equilibrio social, el alcanzar el estado social y democrático de derecho que la Constitución enhestar. Ganas tú, tu gente, gana el soberano que te impuso, y gana la minoría que derrotaste en menos proporción, pero gana.
Te voy a recomendar un libro sencillo y de estos tiempos, es de Alex Rovira, se llama Viaje a la Tierra del Destino o Los Siete Poderes, para que vea como se vence al monstruo.
También te recomiendo uno muy viejo, el más vendido el más leído, busca allí historia de la parte antigua y estudia la vida del que dividió al mundo. Ese que, sin estar físicamente presente, hoy tiene más de media humanidad siguiéndole.
Este fue quien dijo dale al Cesar lo que es del Cesar … y su discípulo postrero Pablo, quien externó que ya no vivía él, sino; Cristo en él y que con él estaba juntamente crucificado. Ese le escribió a su discípulo Timoteo diciéndole: “Pues la escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y Digno es el obrero de su salario.” No olvides por tu propio bien, (agrego yo), frenar tu ambición con lo moral y lo ético, pues, de olvidarlo la dulce mil que disfrute desde el ovalado, te dejará tarde o temprano sabor a hiel en el enrejado.
No prometas la igualdad en este sistema, ya que su fundamento no es comunista, si no, capitalista, materialista, de libre empresa y los que se fueron delante hace tiempo, no permiten que los alcancen, mucho menos en detrimento de sus beneficios o privilegios.
Como este es su juego, debes jugar con sus reglas a las que dan forma de ley, a menos que estés en capacidad plena de romperlas para pasar la soberanía al otro lado, pero ya te dije que eso es un proceso que conlleva concienciar a los más numerosos y, por ende, también lleva tiempo y planificación sistémica, no hay magia, y la suerte juega muy poco aquí.
Desde la dirección política te llegará la oportunidad de hacer fortuna, sin romper la ley, sin que la ambición te rompa el saco, lo puedes hacer con el ejercicio ético de ser o tener que es lo que te lleva a la entrega, aunque tu conciencia podría gritarte que el interés material no debe ser el fin de tu accionar en política, que simplemente no debe ser, la realidad y los compromisos te instaran a disfrutar el agridulce sabor del poder y sus beneficios.
Sea cual fuere tu situación, irremediablemente como político debes practicar la empatía, más que simpatía, pues este último recurso ha sido tan usado que ya la gente le huele a demagogia.
Con la empatía te colocas en la posición del otro, para que aun sea de imaginación experimentes la situación vivida por éste y puedas conectar verdaderamente.
Aprende a ver las cosas que te suceden saliéndote de ti, o sea, como un observador externo al cual tú aconsejarías si acudiera a ti a buscar orientación.
En política hay dos elementos sine qua non, para su razón de ser que son: el ejercicio del poder y los intereses de los polos (dominantes y dominados)
No ha de olvidar nunca, que la masa de seguidores que tienes, no lo hace sólo porque hables bonito, tampoco olvides que, en la política por mucho poder que detentes en un momento determinado, no eres dueño de éste (el poder) a lo más que llegas, aun siendo presidente de la República, es a ser un mayordomo de confianza de uno u otro de los posibles soberanos.
En un pueblo con conciencia, que se empodera de la soberanía, el dueño es ese pueblo, que analizara tus actuaciones y romperá el matrimonio desde que compruebe que le eres infiel.
En un pueblo sin conciencia, eres mayordomo- administrador de los poderosos; que es a quienes le corresponde la soberanía. Esos que te facilitaron el concurso, el apoyo de sus medios y su dinero para proyectarte o catapultarte hacia el Ovalado. De esos, y de los que están situados en la misma órbita eclíptica; de ellos, aunque nunca los hayas visto, ni tratado, eres mayordomo. Son parte del sistema, que la Constitución y las leyes protegen por lo que cuando levantas la mano derecha frente a Presidente del Senado ese 16 de agosto, juraste respetar, cumplir y hacer cumplir. Esos protegidos del sistema son los que te quitan o te ponen guardando o sin guardar las apariencias.
No tomes nada a lo personal, ni piropos y ni improperios, “ni amor, ni odio” el que hoy te ensalza, mañana te arrastra y querrá limpiar la parte sur reversa de su cuerpo con tu nombre. Así que, ni los piropos ni los insultos se dirán por quién eres, sino por lo que representas.
No deposites tanta confianza en los hombres, a tal punto que tu vida o tu libertad penda de su voluntad o fidelidad, ya que, (y esto es una sentencia con la autoridad de cosas juzgada) cuando tus intereses no apunten en la misma dirección que los de ellos, eso será usado en tu contra, por eso, trata de conducirte con ética y de conocer la ley a fondo. Te recomiendo leerte Jeremías 17:5
Te puedes airar o enojar, pero controla tus emociones, no involucres el corazón, analiza con la razón la pertinencia o no del reproche que harás y las consecuencias que puede acarrear. Procura saber si tu enojo es bien o mal fundado. ” Se podrá dar cuarenta azotes no más, no sea que, si lo hirieres con muchos azotes más que estos, se sienta tu hermano envilecido delante de tus ojos.” Dtn 25:3, También te recomiendo leerte El enojo de Gary Chapman y Prov. 15-1
No hieras tanto al que te adverse que tengas que amputar, trata con sutileza aún el más intenso reproche, que la herida pueda suturarse, aunque deje una cicatriz discreta, que jamás deje una amputación o una lesión permanente; por esta última se te pasará factura tarde o temprano.
No te aferres al poder violando las reglas legales o morales, tarde o temprano pagaras el precio y los intereses acumulados serán enormes, siempre sentirás el aguijón de la silla o la influencia maligna del anillo, pero no claudiques o lo que has ganados en años, lo perderás en días.
Nunca te olvides del sendero que conduce tus orígenes y dejas provisiones en el camino, por si te tocara descender. La vida como tómbola de puede dar un giro de 180 grados.
Se temeroso de Dios y agradécele constantemente, no te creas sabio en tu propia opinión, aleja la soberbia, recuerda que en la vida lo más importante es la vida y en un segundo se pierde.
Practica la justicia relacional y destierra el complejo del cadete. La primera te hará recordar a quien te ayudó, en tus tiempos difíciles y replicas esa acción con otros, pero no quiera repetir (aquí lo del complejo del cadete) en otros, las injusticias que alguien te hizo a ti.
Siempre que puedas devuelve bien por mal, o sea quien te afrentó alguna vez, distínguelo, quien te negó, dale, así rompes la cadena de odios y ascuas pones en la cabeza del que esperaba venganza y en su lugar recibe perdón.
Dentro de lo posible y aun un poco más, se fiel, pero no le jures fidelidad eterna o incondicional más que a Dios, en la política la fidelidad es bien vista, pero no siempre es bien valorada, paradójicamente muchas veces el “traidor” el que se fue, cobra mejor en las filas “traicionadas” que el fiel a toda prueba; ya que este último está seguro, no hay que hacer nada para mantenerlo, al otro, el que se fue, hay que darle todo para recuperarlo. Esto tampoco es regla sin excepción.
Recuerda siempre que a quien conoces en política puede comportarse contigo como un hermano, puede comportarse como un amigo, pero recuerda que, nunca será tu hermano, nunca será tu amigo. Es tu compañero de política que muere por ti, de ser necesario, pero es porque sus intereses, tú los representa están unido a los tuyos, desde que eso falle, se rompe la interesada hermandad o la interesada amistad.
No te apegues a nada, piensa que eres inquilino en todo, nunca dueño, adopta la frese “ola y a Dios” como lema. Llegué, pero sé que en poco tiempo me marcho. Te recuerdo nuevamente en la vida lo más importante es la vida, y en un segundo la perdemos.
¡Ah…! Finalmente , si vas al palacio como inquilino o a un ministerio o puesto de dirección, trata de no tomar de las aguas del rio Lete, para que no pierdas la memoria, para que cuando el pueblo te cobre con el castigo que tu olvido merece, la sed del camino de regreso no te haga tomar las aguas de Némesis, el otro río , pero este a diferencia, te harán recordar amargamente el por qué regresas, por eso debe transitar la política forjando una relación no de dominación , sino de integración , en donde el “soberano como soberano “tenga la mejor parte, tal vez por el dominio aun sobre ti, tendrá el mejor escenario, pero los “súbditos o gobernados” tengan la parte que le permita vivir tranquilos y serenos, mansos, sobre el lecho de la Dignidad Humana. . Dios te bendiga. Amen.
Hasta la próxima.
Dario Nin.