Por: Rafael A. Escotto.
“Admiro a Greta Garbo. Cuando empezó su crepúsculo tuvo el valor de huir de él y retirarse con dignidad. Eva Gardner
Huir después de un combate electoral no es lo recomendable. Esconderse debajo de la falda de la madre o de la abuela, tampoco es aconsejable. Siempre hay que prepararse para enfrentar los retos a los que la vida nos expone. Si huye una vez tendrá que retroceder toda tu vida y no aprenderá a confrontar los peligros que asechan más adelante.
Eso de que «Leonel tiene que irse del PLD» es un concejo absurdo, como absurdo seria creer que tenemos que ganar continuamente todas las batallas. Napoleón Bonaparte expresó que «Las batallas contra las mujeres son las únicas que se ganan huyendo». Si en algún momento de tu vida te ve forzado a replegarte, hazlo solo para avanzar.
Vuelvo sobre la irracional recomendación de que «Leonel tiene que irse del PLD»; los buenos guerreros -dijo el general, estratega militar y filósofo chino Sun Tzu -, buscan la efectividad en la batalla a partir de la fuerza del ímpetu, y no dependen de las fuerzas de sus soldados.
Leonel Fernández no nació presidente, -quítense eso de su mente, repetirlo sería tremendo disparate – se hizo presidente después que alguien con poder como Joaquín Balaguer le levantó la mano, supuestamente para «evitar el camino malo» y a pesar de ello, mire donde ha caído el país. ¡Qué les parece!
Creo que decir que «Leonel tiene que irse del PLD« no le hace bien a su estabilidad emocional. Por lo contrario, le vuelve más cobarde, más frágil políticamente. ¿Por qué, en cambio, no le advierten a Leonel que un ejército derrotado lucha primero e intenta ganar la batalla después?. Huir, huir, no es la solución.
¿Quién o quienes le están ofreciendo refugio a su huida? ¿Tienen las fuerzas y el suficiente respaldo del pueblo para garantizarle al expresidente Fernández algún triunfo electoral futuro? Lo que sucede es que esos grupúsculos políticos quieren aprovecharse de su liderato y Leonel, en su estado de confusión y de decaimiento espiritual no está en condiciones psíquica de gobernar sus ideas ni de tomar decisiones importantes, heroicas, – si se quiere -, por sí mismo.
Cuando el presidente Danilo Medina expresó que le «venció el estado» éste tuvo la suficiente fortaleza, el aguante y la serenidad de retirarse a su búnker dentro PLD y dedicarse, en cambio, a fortalecerse espiritualmente después de la derrota y tensar sus armas para poder regresar al campo de batalla político, y supongo que diría, como Jenofonte: «El mando y señorío es de aquellos que vencieron la batalla.» Pero estas clases de frases solo la pueden pronunciar los estrategas y quienes tienen la capacidad de auto diseñar su propia táctica política, cuando la circunstancia lo demande
Lo anterior, lamentablemente, no pasa con Leonel Fernández Reyna, – seamos sinceros – quien no tiene habilidad de autogestión política. Sin tratar de ofender la tan cacareada inteligencia de Leonel, debo separar una cosa de otra: Danilo es un político creativo y trabajador que se dedica veinticuatro horas a fortalecer al PLD y a trabajar con ahínco sus bases.
A Leonel otros tienen que hacerle el trabajo político, entre ellos, el propio Danilo Medina. La oratoria fofa, no obstante elegante y teatral, es su fuerte. Pero este no ha puesto en práctica una frase de Mao Zedong: «La modestia contribuye al progreso, y el engreimiento al atraso».
Regreso al desatino, «que Leonel tiene que irse del PLD» propuesto por Vincho Castillo. Ese grito sordo fue formulado al calor de una derrota política y en un estado de ánimo lleno de abatimiento y de desilusión. Cuando se calme la irritación que deja una derrota, habrá tiempo para reflexionar, entonces, no se hará caso a necedades como esa.
Leonel todavía no entiende ni acepta que el país acaba de iniciar un nuevo ciclo político y una forma nueva de gobernanza en el que las etapas de Joaquín Balaguer, Juan Bosch, Jorge Blanco, Jacobo Majluta, Antonio Guzmán, Hipólito Mejía, Leonel Fernández y Danilo Medina, terminaron y la República Dominicana entrara al periodo de Gonzalo Castillo y de Luis Abinader.
Debemos celebrar que muchos políticos corruptos y otros carroñeros del Estado fueron rechazados por el voto de sus propios compañeros y también por buena parte del voto del pueblo que los veía exhibiendo sus riquezas y su poder de una manera irrespetuosa frente a un pueblo que se empobrece.
No deseo pensar que a los peledeistas y también a buena parte del pueblo dominicano le esté sucediendo lo que nos recordó en una ocasión el distinguido sociólogo y psicólogo social judío-alemán que huyó del régimen Nazi Erich Fromm: «La persona sádica es tan dependiente de la sumision como esta de aquella: ningun de las dos puede vivir sin la otra. La diferencia solo radia en que la persona sádica domina, explota, lastima y humilla, y la masoquista es dominada, explotada, lastimada y humillada».
El doctor Leonel Fernández es aún un brazo fuerte dentro peledeismo sincero y democrático, lo mismo lo es el licenciado presidente Danilo Medina Sánchez. Sus experiencias de estado y sus dinamismos politico son esenciales para orientar a las jovenes generaciones de los futuros presidentes que surjan de esa organización.
Nadie, nadie desde fuera debe pedirle a ningún alto dirigente de otro partido que deje su organización y se vaya para otra, ese pedimento podria crear fuertes suspicacias en razón a quienes la sustentan. Cuando no se quiere trabajar por la unidad, por una sana conciliación entre las partes y se quiere sacar provecho de situaciones de disgustos razonables surgidos de una lucha política electoral, aparecen proposiciones temerarias.
Celebremos la llegada. de Gonzalo Castillo y de Luis Abinader. Ellos son dos jóvenes políticos fuertes, bien intencionados, con formación de familia, patriotas, como el que más; que se piense en esto que acabo de decir. ¡Que sus llegadas al debate político público sean para fortalecer la democracia y para enderezar los caminos que han sido extraviados.