Por: Rafael A. Escotto
La poeta, diplomática y pedagoga chilena Gabriela Mistral nos dejó una expresión que encaja en el título de este nuevo trabajo: «Dame señor la fuerza de las olas del mar, que hacen de cada retroceso un nuevo punto de partida.»
El título de este artículo es una espada de dos filos. Los políticos que le temen a la modernidad que suelen traen los desarrollos tecnológicos lo hacen porque piensan que el sistema de conteo electrónico podria llevarse de paro sus candidaturas o a que alguien se mantenga usufructuando de una sinecura la cual le ha generado holgura económica y una envidiable posición social que no le hubiese sido posible consiguir fuera de la politica y la corrupción.
El estado de terror que sufren algunos políticos contra el sistema electrónico de voto implantado con idoneidad por la Junta Central Electoral con el visto bueno de todos los partidos políticos, cuyas firmas de aceptación se encuentran en los archivos de la institución electoral, es natural que recelen del sistema aquellos politicos que no tienen una base sólida de liderazgo y de aprobación popular y que descansan en el liderato de otro para poder trepar.
Igual resquemor le causó a algunos excompañeros de trabajo cuando yo ocupé las funciones de abogado del Departamento de Transportación del Estado de Nueva York [siglas en inglés NYSDOT] (antiguo Departamento de Obras Públicas), en la sección de Bienes Raíces cuando se implementó el uso de computadoras. Algunos de los empleados se resistieron al empleo del aparato, ni tampocos quisieron tomar los cursos requeridos de entrenamiento y capacitación. En vista de ello, lo que hicieron los de mayor edad y tiempo de trabajo, fue pedir voluntariamente su jubilación.
Los políticos dominicanos que hoy parecen tener recelos del sistema electrónico de conteos de votos, presentan el mismo miedo que mis antiguos compañeros en el NYSDOT y creo que la sospecha de nuestros políticos es todavia mayor y diferente a aquellos. La activista política y defensora de los derechos humanos, premio Nobel de la Paz en 1992 Rigoberta Menchú, dijo: «Los indígenas estamos dispuestos a combinar tradición con modernidad…»
El estado de intranquilidad que le crea a los politicos el sistema electrónico de conteo de voto electorales es increíblemente alto; lo mismo le causaba el conteo manual, es decir, que el problema de inseguridad no reside en el equipo ni en la Junta sino que es característico de ellos mismos por temor a que el pueblo los destierre del usufructo de sus millonarias canonjias.
La presión psicológica y el hostigamiento verbal que reciben los jueces de la Junta Central Electoral (JCE) de las pirañas y pirañuelos de nuestra política es indescriptible, y eso que se creía que las pirañas solo se encuentran en las aguas dulces y, también en los palacios de gobiernos, en las Cámaras Legislativas, en las empresas privadas a través del tráfico de influencia y la evasión fiscal, etc.
Esa sensación terrible que tienen algunos políticos dominicanos de que el aparato -la computadora – le podria dañar su triunfo electoral, es una locura que se ha venido incubando desde hace algún tiempo, hasta desarrollar en una psicosis contra el sistema electrónico de cómputos, inclusive, el pánico que produce ese sistema en algunos personajes de nuestra politica doméstica se refleja en una especie de histérismo que se hace evidente en muchos de ellos..
Ese es un problema tan y tan abarcador que se requerirá de la intervención de un psiquiatra o un psicólogo lunar para que trate esta particular esquizofrenia. Para que el lector entienda el significado clínico de la psicosis, me voy a ir a la respuesta que aparece en un trabajo titulado: ¿Qué es la psicosis?, veamos:
«Se entiende por psicosis al conjunto de alteraciones mentales que generan en quien las padece una alteración en la percepción de la realidad, perdiendo contacto con ésta y provocando dificultades severas en el funcionamiento de la percepción, pensamiento y conducta.»
Profundizando un poco más sobre el tema de la psicosis que esta generando el sistema electrónico de votos – trastorno que no es exclusivo de los políticos dominicanos sino que otros políticos en otras latitudes también la padrecen -, me voy a hacer eco de lo que se plantea en la obra citada:
«Los síntomas más frecuentes y predominantes que suele presentar alguien con algún tipo de psicosis son las alucinaciones o percepciones de estímulos no existentes en la realidad, que pueden afectar a cualquier modalidad sensorial, y los delirios (sean éstos o no un intento de explicar dichas alucinaciones).»
A las derrotas en una contienda política electoral hay que buscarle siempre un culpable, o una infundada ilegalidad. Esta presunta ilicitud – según los mitomanos -, puede venir de algún ruso, de algoristmos, o de un Hacker que inventa el derrotado, sin pruebas. !Ah, también no se puede descartar que aparezca alguien que insinue, en esa ofuscación de los candidatos perdedores, que ha sido la mano peluda del gobierno la causa de su derrota, parecida a aquella leyenda mexicana de terror del personaje Antón Garcia de Bonilla.
Ayer oia a un político, de esos mitomanos que tienen la capacidad de inventar anécdotas fantásticas de forma sistemática con el fin de adquirir notoriedad hablar sobre el supuesto fraude electoral. Ese personaje describia el fraude en las primarias con enorme dramatismo. A esas clases de personajes político lo invitan a los programas televisivos para que el pueblo o los estudiantes de psiquiatria vean en vivo los efectos de un trastorno de conducta que pueden ser la manifestación clínica de otros problemas.
Por lo tanto, este personaje se esfuerza para no ser desenmascarado por sus entrevistados, lo que le ocasiona un estrés constante. Sus historias suelen estar bien fundamentadas, son ricas en detalles y posee la capacidad para hilar sus anécdotas ficticias sin perder la temporalidad. Puede ser reconocido facilmente, es locuaz, tiene el don de la sugestión por medio del dominio de la palabra y viste impecable y destila sapiencia.
Además, suele hacer con sorprendente frecuencia el papel del personaje de aquella radionovela cubana de 1941 llamada Tamakún, el vengador errante que luchaba con Sakiri el negro que había asesinado a los padres de Tamakún y que oíamos de niño. La novela fue escrita por Armando Couto.
Los periodistas que entrevistaban a este fenómeno del dramatismo de la política dominicana lucian ilusionados, absortos, encantados, como si estuvieran viendo la pelicula de suspenso Picosis , dirigida por Alfred Hitchcock y escrita por Robert Bloch.
Entretanto la oposición encabezada por el Partido Revolucionario Moderno (PRM) le dice a los idiotas: «Pon el dedo, que la cacatica no esta ahí», y encubiertamente podría está una fusión con Haití. Finalmente, vuelvo a preguntarme en esta encrucijada política: ¿Conteo a mano o electrónico? ¿Retrocedemos o avanzamos? !Que viva la Junta!