Por: Rafael A. Escotto.
A Reynaldo Rodriguez Tejada, muy lejos de este suelo.
Una generación de hombres oscuros están tratando de dominar la noche de los paises alumbrandose con querosene, vencina y otros cumbustibldes liquidos tan sensibles a los intereses de todos los colores.
Algunos de los hombres tendrán que irse al exilio obligatorio y unirse al destierro del poeta nacido en Asgburgo Bertold Brecht o a Mario Benedetti en su expatriación irreparable.
Hoy lo recuerdo, me lo dijo don José Rodríguez Peña antes de morir, que el fantasma de la OEA rondaria peligrosamente las Casas Grandes de los pueblos de América Latina.
La historia confirma otra vez que la noche de los hombres oscuros deja en algún momento de ser metáfora para ser hombres blancos con máscaras negras.
Sin embargo, Evo Morales Ayma no entendió el proyecto político encubierto de los hombre oscuros y miren lo que le pasó. No creó una fuerza dentro del Movimiento al Socialismo (MAS) que neutralizara lo que se venia venir. El MAS tenia liderato, pero no creó una hoja de ruta, un plan de acción a seguir que mostrara una secuencia detallada de pasos a manera de cronograma de tareas para lograr un fin específico.
Don José Rodríguez, en mi conversación en el cementerio, me sugirió leer la recomendación que hizo el antiguo general chino, estratega y filósofo de la dinastia Zhou, Sun Tzu: «Que cuando el enemigo está cerca, pero permanece en calma, quiere decir que se haya en una posición fuerte. Cuando esfá lejos no intenta provocar hostilidades, quiere que avance. Si, además, su posición es accesible, eso quiere decir que le he favorable».
Después de conocer la obra «El Arte de la guerra» de Tzu, me siento a meditar debajo de una lámpara husmeadora en la Sierra de Zapata, en la Argentina y trato de leer a Macri caminando en las peligrosas calles del pueblo fantasma de Villa Lago Especuén donde desapareció la villa turistica, en Buenos Aires.
Frente al reciente golpe de Estado en Bolivia se me ocurrió visitar la tumba del revolucionario dominicano más auténtico, don José Rodriguez Peña y me habla desde su mausoleo invitándome con su voz ceremoniosa a leer el introito de esta interesante obra poética de Mario Benedetti:
No te quedes inmóvil/al borde del camino/no dejes caer los párpados/pesados como juicios/no te quedes sin labios/no te duermas sin sueño/no te pienses sin sangre/no te juzgues sin tiempo/y te secas sin labios/y te duermes sin sueño/y te piensas sin sangre/y te juzgas sin tiempo/y te quedas inmóvil/al borde del camino/y te salvas.
Después de leer a Benedetti pienso otra vez en Evo Morales en su apremiante destierro en Mexico. Se me ocurre una frase del escritor estadounidense John Rodrigo Dos Passos que podria resumir lo que siente el exiliado:
Podéis arrancar al hombre de su país, pero no podéis arrancar el país del corazón del hombre.
Extrañamente, un lobo de cabeza grande, con espumarajo en la boca, observaba desde lo alto de un campanario la contienda entre fieras disputandose la presa. En uno de los bancos de la ermita Nuetra Señora de la Soledad estaba sentada discretamente la poeta uruguaya Cristina Pari Rossi, llamada «la poeta de la travesia». A penas se le oia balbucear en voz baja estas palabras:
Líbranos, Señor/de encontrarnos/con estos lobos/
Salgo de aquella visita al campo santo después de un diálogo politico con aquel fenecido de ideas fulminantes, observo a Benedetti escribiéndole a Evo, tal vez acerca del ideal de la mujer de cada etnia, o quizás sobre la diambulante politica de las regiones blancas y mulatas sin importar la lengua ni la geografia, en ocasiones laceradas por la falta de lealtad de los hombres:
Al principio ella fue una serena conflagración/un rostro que no fingía ni siquiera su belleza/unas manos que de a poco inventaban un lenguaje/una piel memorable y convicta/una mirada limpia sin traiciones/una voz que caldeaba la risa/unos labios nupciales/un brindi
Busco entre mis libros viejos y también escarbo como loco en mi memoria tardia un libro de poemas de Cesar Vallejos que me ayude a comprender la resaca de todo lo sufrido en «Los heraldos negros»:
Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!/Golpes como del odio de Dios; como si ante ello/la resaca de todo lo sufrido/se empozara en el alma… ¡Yo no sé!/Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras/en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte/.Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas/o los heraldos negros que nos manda la Muerte.Hay golpes envida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Mientras el golpe en Bolivia obscuramente se materializa con poses de sacrilegos disfrazados de evangélicos y de papistas, siempre aparece el lobo observando malvadamente a los pueblos. Por encima del lobo vigilante leo un poema de Antonio Machado:
¡Viva la libertad! la turba grita/cuando, furiosa, al mar se precipita/y todo cuanto ve quema y destruye…/¡Oh libertad! ¡Oh libertad sagrada/¡Viva la libertad! la turba grita/cuando, furiosa, al mar se precipita/todo cuanto ve quema y destruye…/¡Oh libertad! ¡Oh libertad sagrada.
Entonces, vuelvo a la tumba de don José en el cementerio de la poesia y la luminosidad y me dice: «Ve a un poema del escritor y periodista mexicano Francisco Sosa Escalante y entregale a tus lectores unas estrofas del poema «La Libertad»:
Hay algo que no muere entre la bruma/Del negro olvido, y á que no acongoja/De la nada el temor, ni se despoja/Jamás del manto de su gloria suma: La santa Libertad! la noble idea/De la conciencia luz, que resplandece/Entre el humo y fragor de la pelea.
Enciendo mi televisor en Telesur y veo a Evo en una entrevista en su destierro en México. De pronto figuro al dramaturgo francés Pierre Corneille, quien produjo Querelle du Cid (La pelea del Cid) basada en la obra «Mocedades del Cid» de Guillermo de Castro, con su dramaturgia encendida expresar:
Roma no está en Roma; está toda entera donde yo estoy.
Pensé, en mi fantasia política, que Evo Morales podria haber expresado la misma frase desde su exilio. Pero algo dijo sin estar en escena, que se acercaba a aquella consideración de Corneille. Creo que don José Rodriguez Peña, mi amigo inolvidable, no me aceptaria dejar de consignar en este trabajo una frase del novelista, periodista y corresponsal de guerra español Arturo Perez-Reverte:
Aquí pocas veces nos gobernó la razón. Solemos quemarla, fusilarla, meterla en la cárcel u obligarla al exilio. Casi siempre nos gobernaron las vísceras, el fanatismo, la incultura, los confesores del rey y de la reina, los sinvergüenzas, los criminales.
America Latina vuelve a asombrarse con el golpe de Estado a Evo Morales en Bolivia, un gobernante de ideas progresistas que sacó su pais de la miseria y el estancamientro económico y social. Se teme que el pais sudamericano regrese a los dias de represión del régimen de Hugo Banzer, como Brasil con Bolsonaro a vuelto al gobierno de Figueiredo, Chile con Piñera a los dias de Pinoché.
Con el ascenso inconstitucional de la senadora derechista Jeanine Áñez Bolivia estaria re-editando la presidencia provisional de Lidia Gueller, después de la Masacre de Todos los Santos producida por del gobierno de facto en 1979 de Alberto Natusch Busch.
La prensa internacional habla de cinco muertos en las últimas horas y decenas de heridos. Los ponchos rojos bajaron del Altíplano y oleadas de otros campesinos y miles de agricultores de Cochabamba y El Alto se han dejado sentir en las calles de La Paz que como ironia las fuerzas policiales robaron el nombre de la Paz. La paz sólo puede durar donde los derechos humanos se respetan, donde la gente esta alimentada y donde los individuos y nalciones son libres.
Se trata de las mismas fuerzas que se amontonaron contra el gobierno de Evo y dejaron saquear y quemar casas de altos funcionarios y de familiares del presidente. Es obvio que se trató de un sucio juego politico en las primeras horas del golpe de Estado planificado como un concierto secreto con varios directores de orquesta.
El mundo vio con sus propios ojos a un fanático oligarca conocido como Camacho. Venia disfrazado de pastor con una Biblia en las manos. La policia protegia a dicho terrateniente fundamentalista de la región de Santa Cruz, mientras desprotegia a los funcionarios del gobierno y hoy reprime a los de abajo, persigue y mata a pesar de que sus comandantes dijeron que no iban a reprimir al pueblo. La mentira se convirtió en cobardia y el juego sucio sigue con la instalación de un gobierno de facto encabezado por Jeanine Áñez.
El mundo moderno no esperaba que sombras multiplicadas de generales hipócritas y asesinos reaparecieran en el curso del siglo XXI.
La gente se preguntaría: ¿Cómo terminará este juego o atolladero contra Bolivia?
Yo por mi parte, le diria a don José que con toda la lucidez del cumpleaños noventa y seis, usted sabia más que los chicos de la política instantánea y superficial que la OEA era y es una plataforma oscura, un teatro de aparente democracia y a la vez un instrumento del mal con ecos diplomáticos que terminan a veces en la más adyecta jugada politica o en la más terrible hipocrecia de un siglo tan covulsionado, donde entran las caricaturas y giros como Bolsonaro o cualquier racista, lejos de aquellos dias algidos de la segregaciones.