Por AP.
El Parlamento de Haití cerró indefinidamente en enero a causa del caos, lo que eliminó el control del poder presidencial que paralizó a Jovenel Moïse durante años.
Ayer se cumplió el primer mes en que el presidente gobierna por decreto.
Moïse no ha emitido decretos significativos y miles de millones de dólares en apoyo para desarrollo están bloqueados.
A tres años de su periodo de cinco, el presidente parece que a duras penas puede imponer su voluntad más allá de las puertas del Palacio Nacional.
En la ciudad, pandillas gobiernan barrios enteros y una oleada de secuestros atemoriza a los ciudadanos comunes.
Estados Unidos, Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos intentan lograr un pacto entre Moïse y su oposición que resulte en la declaración de una unidad gubernamental y evite un regreso al caos y el desorden en un país que ha pasado por dos golpes de Estado, la intervención de Estados Unidos, una misión de paz de la ONU y un devastador terremoto en los 34 años desde acabó una dictadura que duró décadas.