Por Beris Castellanos
“Entre el amor y la amistad…”
Los celos; permiso de celar, ¿Hasta dónde?, ¿Hasta cuánto?
Hay un dicho muy cierto que dice: «El que no cela, no ama».
Creo en esto, porque el mismo Dios revela en su palabra que nos anhela celosamente; Santiago 4:5 “¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente”. Nadie nos ama más que Dios y es él quien nos enseña a diferenciar el celo ligado al interés y el celo egoísta que raya en lo patológico.
Dios nos ama y nos cela de aquellas cosas o relaciones que lo anulan a él en nuestras vidas, siendo él nuestro creador y queriendo ser nuestro Padre; cabe resaltar que el amor de Dios también se interesa de nuestra salud relacional, de nuestros logros, de todo lo que es prometedor para nuestras vidas, como también se duele de lo que es incorrecto, se entristece y hasta se molesta.
¿Dónde está la diferencia entre el celo atinado y el celo obstinado?
En las atípicas manifestaciones de amor y en las conductas inasertivas e inadecuadas que dan lugar a la inseguridad y estremece la autoestima entre las partes, así nos deja ver su palabra el modelo de celo atinado
Se vale celar. Es una reacción sentimental muy natural y humana, ligada a nuestra esencia y ADN espiritual, pero no se vale dañar, el celo arraigado en el amor que protege no daña. El sentimiento del celo en sus niveles de normalidad es sano cuando sentimos una amenaza e intentamos proteger a quien amamos, con la certeza de que lo hacemos movidos por un amor afirmado, no egoísta y que demuestra madurez.
No se vale cuando el sentimiento se sale de control exagerando y magnificando los intereses particulares del que cela, es obvio que debutan el egoísmo y la venganza, detonando en acciones irracionales.
Por lo tanto sin aras de diagnosticar las celotipias, ni entrar en marcos conceptuales que sean vulnerables a ser usados para crear chivos expiatorios, me tomare la libertad de aportar algunas sugerencias sencillas, pero no simples.
Muchas personas tienden a desbordarse en amor ignorando la amistad; es necesario que el que ama, establezca lazos de amistad, que permita la comunicación fluida, sincera y respetuosa, que en momentos críticos propicie un diálogo justo y libre que permita más decisiones sensatas a la luz de lo conveniente para salidas idóneas a los conflictos, creo que a esto se refería el cantautor dominicano cuando en una de sus canciones resalta que «Es mejor para convivir comprender más y amarse menos»; no es que no se ame, sino que al amor le aludamos la virtud de ser amigos dado que la amistad facilita la capacidad de escuchar no sólo las palabras sino el corazón del individuo, de sus reacciones empáticas, que nos hagan mover de los sentimientos cargados de celos, a la comprensión de entender que lo que te pasa a ti me podría pasar a mí; recomiendo acoger el consejo bíblico de Mateo 7:12 “Traten a los demás como ustedes quieran ser tratados”
Otra recomendación, es ser juiciosos y evitar las provocaciones.
No hay necesidad de provocar celos de manera intencional, hay otros mecanismos de llamar la atención, provocar nunca será una buena salida, no haga tonterías aunque lo recomiende alguien que asegura que le salió bien, ¡No se crea ese cuento!, este tipo de verdades nunca se dicen completas, hay consecuencias a lo interno de las relaciones, que por orgullo o vergüenza nunca te lo dirán.
Se asertivo en la selección de las personas para intimar.
Hay un perfil de las personas patológicamente celosas; son inseguras, acaparadoras, tratan de impresionar con regalos llamativos, que te obliguen a agradecerle; tienden a querer aislarse y aislar a las personas que están con ellos, son muy críticos y orgullosos. Todos tenemos la libertad de elegir, no te dejes manipular, a tiempo, usa tu NO y tu SI adecuadamente.
Si eres de los que ya están dentro de una relación enfermiza, con celos patológicos, se sabio/a en las acciones a tomar.
No intentes salir de la relación por consejos del sentido común o por que le funcionó a otro, ¡Cuidado!;
Lo que te recomiendo es buscar ayuda, la ayuda debe buscarse en un contexto que garantice la prudencia, ¡Jamás! En la primera persona que te preste el oído, procura romper el silencio, si estas silente con personas que te ayuden a mantener la discreción y encontrar las salidas pertinentes en un contexto seguro que bien podrían ser personas calificadas con previa revisión de su reputación.
Por eso es necesario, no aislarte de quienes te aman y cultivar verdaderos amigos, que puedan ser una red de contención en situaciones críticas.
La primera salida para una relación cargada de celos no es el divorcio o rompimiento, es buscar ayuda, dónde, en Dios, en la familia, en amigos calificados y en las asistencias profesionales, esto es hacer una red, luego abordar el caso con responsabilidad y seguimiento. No quiero decirte, en Dios de manera simplista, quiero al menos compartirte donde yo lo encontré: revelado en la persona de Jesucristo y estableciendo una relación con él a través del conocimiento de sus consejos escritos en la Biblia y viviendo una experiencia a través de una relación más que de una religión. Si te interesa conocer cómo establecer una relación con Dios, estoy dispuesta a compartir contigo ésta experiencia de fe.
Contáctame al 809-921-1690.
Llévate del consejo, que con mucho amor te comparto, pues soy tu amiga, espero que te sirva aunque no sea para ti, sino para alguien a quien amas.
“Cerca,Lejos y Siempre, en la luz del Reino,”
Beris Castellanos