Por: Rafael A. Escotto.
«La ventaja siempre queda del lado de la virtud, pese a la perversidad de la sociedad». Honoré de Balzac
La oposición en un proceso electoral municipal o presidencial crea en el universo elector a través del uso de una serie de palabras conectadas a la psicología, que cuando se repiten una y otra vez son registradas en el cerebro humano para que respondan a los estímulos de un centro de mando que está distante.
¿Quién o quiénes controlan los tipos de mensajes y escogen u ordenan las palabras en el comportamiento humano en los partidos políticos. ¿Con cuáles propósitos? Para tratar de disminuir o aumentar el grado de aceptación o rechazo a favor o en contra de un candidato en específico o de una serie de candidatos.
Los expertos en el arte de la manipulación psicológica hacen un esfuerzo para que todas las acciones orientadas inteligentemente a la manipulación se vean como ordinarias. Donde la mayoría de personas considerará que sus opiniones y conductas tienen criterio propio, pero detrás de ese comportamiento hay personas que han planificado ciertas tendencias para beneficiarse.
El centro de mando de Partido Revolucionario Moderno (PRM) encargado de la manipulación del electorado se encargó de hostigar con humillaciones para ridiculizar al candidato del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) Gonzalo Castillo, filtrando en las redes sociales mentiras diseñadas con el marcado propósito de convertir a este candidato en un hombre torpe y con esta falsedad intentar inclinar el voto a favor de Luis Abinader.
Ha sido tan intensa y malsana la campaña de manipulación del PRM contra Gonzalo Castillo que daba a entender que era verdad su incompetencia. Todo se debe a un plan y a un manejo ficticio de confesiones políticas del candidato del PLD. Estas clases de artimañas del PRM puso a Gonzalo Castillo en una situación de ridiculez que hizo que se volviera un virus informativo. Inclusive fueron organizados grupo de personas en las redes cuya única función era desnaturalizar cualquier expresión correctamente aplicada por Gonzalo Castillo, de tal manera que se viera en todas las redes. como una expresión formulada por un idiota.
Creo que si Gonzalo hubiese nacido con el defecto del emperador romano Claudio, quien permaneció apartado del poder por sus deficiencias físicas —cojera y tartamudez— o con la enfermedad de polio, el PRM y sus aliados hubieran acabado en esta campañas electoral con el candidato del PLD, sobre todo en un país burlón como la República Dominicana, muy parecido a aquel personaje malintencionado de las leyendas mitológicas griega llamado Momo, que se burló de Afrodita por llevar puestas sandalias crujientes.
Me parece oír a Gonzalo en este infierno que es la política decir como expresara Honoré de Balzac en Las ilusiones perdidas: «¡Ay, de ustedes, señores, si el destino de los Lousteau y de los Lucien les provoca envidia!»
Habría que volver a leer el libro Burlas y sátiras de Voltaire o el otro libro titulado Burla, burladores y burlados en la literatura hispánica, del filólogo e historiador español Ignacio Arellano, para entender nuestra sociedad actual.
Leyendo para este trabajo Ética a Nicómaco, Aristóteles nos enseña la ética de la virtud y explica que «estamos orientados por nuestra naturaleza hacia la felicidad, pero esta solo se alcanza mediante la práctica de las virtudes, es decir, actitudes de equilibrio en todos los ámbitos de la vida humana».
Cuando Gonzalo Castillo es nombrado por el presidente Danilo Medina al frente del Ministeriode Obras Públicas y Comunicaciones el jefe de Estado habrá examinado el éxito de este empresario privado oriundo de Enriquillo, quien estudió en Quebec, Canadá, fundando su primer empresa en 1983, dedicada a la venta de equipos de tecnología. En 2018 Gonzalo recibió el doctorado honoris causa en Ingeniería por el Instituto Especializado de EstudiosSuperiores Loyola (IEESL).
A pesar de sus éxitos como empresario la oposición, como es natural esperar, se empecina en presentarlo como un político imbécil, conociendo sus grandes cualidades gerenciales. Dijo Aristóteles que «la virtud es la excelencia de nuestra parte esencial que es el alma. Así, distingue las virtudes del alma o virtudes intelectuales y las virtudes de la voluntad o virtudes éticas. Para Aristóteles no es suficiente conocer el bien, también hay que desearlo y hacerlo».
Hago esta defensa alejado de cualquier interés particular. Gonzalo Castillo, guardando la distancia, me lleva a aquel joven estadounidense nacido en Hodgenville, en el seno de una familia de colonos cuáqueros llamado Abraham Lincoln. Con una infancia y su juventud marcadas por la pobreza de su familia y aun bajo estas condiciones adversas Lincoln se hizo abogado, convirtiéndose en el decimosexto presidente de los Estados Unidos.
No obstante, la aristocracia social, económica y política dominicana pretende negarle a Gonzalo Castillo, hijo de un barbero sureño, el derecho a optar por el puesto más alto de la nación: presidente de la República. Lo peor de esta postura es que es solo una parte de los mismos de su clase social quienes pretenden oponerse a sus aspiraciones ligándose, en cambio, a quienes nunca les dejarán a ninguna persona que venga de la pobreza ascender al solio presidencial.
No se dan cuenta quienes se asocian a la oligarquía lo mucho que tiene de verdad la frase del compositor brasilero Noel Rosa: «En cuanto la burda aristocracia, que tiene dinero pero no ALO acompra alegría, y vivir eternamente siendo esclavo de esa gente que cultiva hipocresía».