Por: Rafael A. Escotto
A Luis José Rodríguez T., Luis Rafael Arzeno Perdomo, Andrés Mejía Lizardo y Braulio Rodríguez.
«Vaya Hades finalmente has venido, ¿qué tal por el Inframundo?»
«Pues…, todo va bien, ya sabes, algo oscuro y lúgubre y como siempre… je, je, lleno de muertos, ¿qué le vamos a hacer? La maravilla de Disney
En razón a que a los grandes laboratorios de medicamentos se le ha hecho difícil crear un fármaco para contrarrestar la epidemia del coronavirus, Disney ha decidido ordenarle a los realizadores de “Vengadores: Guerra infinita» (Avengers: Infinity War) (2018) y «Avengers: Endgame» (2019) producir un Hércules moderno poderoso, más divertido y menos mortal que el Covid-19.
¿Por qué me adelanto y sugiero que la Junta Central Electoral (JCE) debe pensar en un Hércules similar para que le ayude a bregar con el ego y el carácter provocador, triunfalista e irrazonable de los partidos políticos cuando se haga público el triunfo o la derrota electoral en 2020 de uno de los dos candidatos a presidentes de la República?
Para ese momento tan crucial y peligroso para la estabilidad democrática en el que cada uno de los partidos contendores (PLD y PRM) habrá inflado su egoísmo a un volumen que ningún humano terrenal tendrá la fuerza suficiente para pararse frente al país y declarar ganador a uno de los dos rivales.
La novelista británica y productora de cine y televisión J. K. Rouling expresó que «La grandeza inspira envidia, la envidia engendra rencor, el rencor produce mentiras». A pesar de las proyecciones en la que, por un lado, el candidato Luis Abinader (PRM) y Gonzalo Castillo (PLD), ambos se dan como ganadores en primera vuelta. Creo que una segunda vuelta será lo que definitivamente veremos.
Me da en pensar en este espacio en una frase de Julio Verne, la cual sería apropiada para la política dominicana: «La Tierra no necesita nuevos continentes, sino nuevos hombres». Desafortunadamente de verdaderos líderes es de lo que está careciendo el mundo y en la isla del cacique Enriquillo y de Anacaona es donde más se siente esta terrible ausencia.
Por eso me atrevo decir que nunca será tarde para buscar un mundo mejor y más nuevo si en el empeño ponemos coraje y esperanza, estas son palabras del poeta británico Alfred Tynnison, autor de la balada poética «La dama de Shallot», el más ilustre de la literatura universal, creador de una nueva forma de expresión en la lírica, el monólogo dramático.
Su ego le reclama que sus creadores de imágenes fabriquen encuestas con números desproporcionados que creen en la mente de los electores una victoria falsamente construida por aquello que advirtiera el poeta y dramaturgo español Miguel de Unamuno: «¡Venceréis, pero no convenceréis! ¿Qué es la razón? La razón es aquello en que estamos todos de acuerdo. La verdad es otra cosa. La razón es social; la verdad, individual».
De la misma manera que Disney se prepara para adaptarse al pensamiento de una sociedad con serias deficiencias cognitivas que subyacen en el fracaso, tanto en niños como en adultos, de reconocer la naturaleza idiosincrásica del conocimiento propio o la naturaleza subjetiva de las percepciones de uno, las juntas centrales electorales en el universo político terrícola necesitan un Hércules con fuerzas modernas que pueda doblegar el egocentrismo de nuestros políticos que los haga reconocer que otras personas tienen planos diferentes.
Es posible que frente a estas exigencias las juntas centrales electorales tengan que recurrir a un psicólogo como fue el suizo Jean Piaget, fallecido el 16 de septiembre de 1980, en Ginebra, que haga un estudio sistemático de la adquisición de la comprensión en nuestros políticos.
Tenemos que comprender que hay personas y entre ellos supuestos lideratos políticos que para conseguir sus objetivos creen que pueden lograrlo a través de la manipulación o haciendo engrandecer su figura a ojos de los demás y también a ojos de sí mismos.
Quizás tengamos que recurrir al teólogo y filósofo católico James Luciano Balmea, nacido en Cataluña, España, para poder intuir que «el hombre emplea la hipocresía para engañarse a sí mismo, acaso más que para engañar a otros». Me da la impresión que nuestros políticos no tienen una identidad propia, son un simple número y las firmas encuestadoras conocen estas deficiencias.
Pero al mismo tiempo debemos saber que las firmas encuestadoras desprecian a los que candidatos porque tal vez no es el candidato para el cual le gustaría trabajar y, al mismo tiempo, como dijera el ensayista y crítico literario inglés William Hazlitt, «las firmas no se respetan a sí mismas, lo que hace suponer que sus hipocresía es el vicio de todos los vicios es que la integridad, de hecho, puede existir bajo la cobertura de todos los demás vicios….»
Explica la filósofa y teórica política germano-estadounidense Hannah Arendt, autora de una «Teoría política y sistema filosófico» y «El hombre en tiempos oscuros» (1968), que «solo el crimen y el criminal nos confrontan con la perplejidad del mal radical, pero solo el hipócrita está realmente podrido hasta la médula».
Por tanto, mi recomendación va dirigida a la Junta Central Electoral dominicana para que se formule el designio de crear un Hércules para que sea este personaje quien informe en nombre de ese organismo electoral quién resultó triunfador de las elecciones de julio de 2020, porque por sí sola no podrá hacerlo la institución electoral.
No porque la Junta no tendría capacidad para hacerlo, sino que el triunfalismo es muy exagerado entre los dos partidos (PRM/PLD), lo que le impediría no aceptar una derrota y, por otro lado, un tercer candidato Leonel Fernández y la Fuerza del Pueblo (FP) no tiene los números para poder filtrarse con cierto éxito en la contienda. Además, ya el FP ha agotado infructuosamente todos los recursos para crear una fragmentación entre los dos partidos principales (PLD y PRM).
Desafortunadamente la JCE necesitará un Hércules, más fuerte que el de la mitología griega, hijo de Zeus, porque desde un principio permitió que los partidos políticos y la llamada sociedad civil, esta última vestida con sus diez mil disfraces, como expresara el poeta español Antonio Machado, penetrara su solidez como organismo decisorio abandonando sus fuerzas interiores al dejar intactos dispositivos, humanos y materiales, que crearon un desbarajuste en las recién pasadas elecciones municipales, elementos que perjudicaron y pusieron en duda su confianza.
Esta vez la JCE tiene que aprender a romper disfraces y máscaras. Reconozcamos que a veces hacemos todo lo posible por provocarnos desdichas, tomando malas decisiones.
La JCE tiene la oportunidad de reparar errores pasados porque a sus jueces talentos no les falta. Algunos intereses fuera de la JCE a quienes les interesa proyectar que el organismo electoral está en desgracia y, por tanto, que no tiene capacidad de atraer multitudes, sino curiosos porque le convendría que el país transitara por un vacío constitucional, por aquella frase: «A rio revuelto ganancia de pescadores.»
Al mismo tiempo, a esos grupos económicos y políticamente poderosos les interesaría que la elecciones se extendieran más allá del 16 de agosto para proponer una Junta provisional gubernativa, un organismo colegiado de gobierno presidida por un dividuos prominente pertenecientes a la oligarquia empresarial.
No vaya el pueblo a creer que esa Junta será igual a aquella que presidieron Tomás Bobadilla y Brione, Francisco del Rosario áanchez, José Joaquin Puello, Remigio del Castillo, Wenceslao de la Concha, Pedro de Castro y Castro y Matias Ramón Mella. ¿Alguien por casualidad recuerda el “triunvirato” del 28 de diciembre de 1963 al 25 de abril de 1965 que presidió el santigués Joseph Donald Reid Cabral que gobernó el país tras el derrocamiento de Juan Bosch? Por ahí es que apunta ir el país en 2020.