Santiago, RD.- La Cámara de Comercio y Producción de Santiago se hace eco de las expectativas y necesidades de sus miembros en el sentido de que se dé a conocer, a la brevedad posible, el plan de desescalada o reapertura segura de la economía, que habrá de regir cuando cese el estado de emergencia y la cuarentena.
Resalta la entidad empresarial que en los países planificados y organizados se ha dado a conocer este plan de manera que los distintos sectores puedan planificar sus acciones e implementar las medidas pertinentes en cada caso. Indica que existen múltiples experiencias que pueden servir de referencia.
Juan Carlos Hernández, presidente de la entidad, externó que ‘una gran parte de nuestros miembros corren el riesgo de desaparecer si no se proyecta una reapertura segura para los próximos días’. Agregó que, las medidas de cierre han afectado a todos los negocios, de manera especial a los más pequeños y a los informales que deben generar cada día el sustento de sus familias, además dijo que ‘cada día que pasa, mueren más empresas que no podrán reabrir; lo cual es muy lamentable porque son fuentes de empleo que, de una u otra forma, están desapareciendo’.
La nota afirma que la parte más crítica de toda la situación es que cada persona tiene que asumir la responsabilidad de protegerse y proteger a los demás, acatando las medidas de prevención y distanciamiento dictadas por las autoridades de Salud Pública. Dice que tendremos que coexistir con medidas de protección por mucho tiempo y la economía no soportará mantener el estatus actual de cierre.
Por otra parte, la Cámara de Santiago, desestima que se usen los fondos ahorros por los trabajadores para que los mismos se financien durante esta crisis. Aduce que esto equivale a que los trabajadores serán quienes paguen los efectos de la pandemia y a echar al traste lo que se ha avanzado en casi dos décadas de existencia, del régimen de pensiones. Entiende la entidad que no es por esa vía que se resolverá el problema.
Finalmente, expresa que, al margen del tema económico, social y sanitario, existe un aspecto en el que debemos coincidir, y es, en mantener por encima de toda duda y sospecha, el orden democrático y constitucional que nos rige, preparando de manera segura, un certamen electoral diáfano y masivo, en el venidero mes de julio. Concluye resaltando que ‘no puede existir el menor indicio que ponga en entredicho la celebración de las elecciones congresuales y presidenciales del día 5 de julio’.