Rep. Dom. -Este 24 de septiembre los dominicanos celebramos con fe y alegría el día de Nuestra Señora de las Mercedes, nuestra Patrona.
Miles de peregrinos llenarán los templos consagrados a la madre de Jesús bajo esta advocación. El Santo Cerro, La Vega, donde está el Santuario Nacional, acogerá devotos que vendrán de los lugares más remotos del país para poner a los pies de la Virgen sus penas y alegrías, y las necesidades más sentidas. Otros llegarán para agradecer su intercesión ante su Hijo por el favor concedido.
Desde Camino llevamos hasta Ella las tristezas, anhelos y esperanza de este pueblo peregrino.
La tristeza de ver a tantos jóvenes que andan sin rumbo y que le han perdido el amor a la vida.
También el ver a tantas personas mendigando un pedazo de pan, o buscando con amargura una receta para calmar el dolor que llevan a cuesta.
El anhelo de tener organizaciones comunitarias que trabajen por un mejor país, y que no se dejen tutelar por ningún color partidario.
Y la esperanza de tener una clase política preocupada por el presente y fututo de la nación, y no seguir viéndola, en la mayoría de los casos, empeñada en sus intereses particulares que van en línea paralela a las necesidades de la gente.
Sabemos que para hacer realidad estos deseos profundos tenemos que hacer nuestro el mensaje de salvación que nos trajo Jesús, y como nos dice María “Hacer lo que Él nos diga”.