Opinión

ADAFP y SIPEN: las dos alas de un buitre

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Por: J. Luis Rojas

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La Asociación Dominicana de Administradoras de Fondos de Pensiones (ADAFP) es la entidad gremial empresarial que agrupa y representa a las AFP dominicanas. Desde el 2003, las AFP son las empresas que administran los ahorros de los trabajadores para sus pensiones. En este sentido, la ADAFP agrupa a las principales AFP de la República Dominicana que representan, en conjunto, más del 98% de los afiliados y de los fondos de pensiones gestionados por el Sistema de Cuenta de Capitalización Individual (SCCI).

Es costumbre de los empresarios dominicanos establecer mecanismos técnicos, administrativos y legales, que les permitan blindar su capital. Un ejemplo fehaciente de ello es la Asociación Dominicana de Administradoras de Fondos de Pensiones (ADAFP), la cual tiene como misión hacer negocios con los ahorros correspondientes a las pensiones de los trabajadores, triplicando las riquezas de los propietarios de las AFP: Crecer (Scotiabank), Popular (Banco Popular), Reservas (Banreservas), Siembra (BHD) la Romana y JMMB-BDI (Grupo JMMB).

En cambio, según el artículo 107 de la Ley 87-01, la Superintendencia de Pensiones (SIPEN) se crea como una entidad estatal, autónoma, con personalidad jurídica y patrimonio propio, para que a nombre y representación del Estado Dominicano ejerza a plenitud, la función de velar por el estricto cumplimiento de la presente ley y de sus normas complementarias en su área de incumbencia, de proteger los intereses, de vigilar la solvencia financiera de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) y de contribuir a fortalecer el sistema previsional dominicano.

Más allá de la locuacidad, parecería que la Superintendencia de Pensiones (SIPEN), tanto hoy como ayer, ha estado más enfocada en defender los intereses de la Asociación Dominicana de Administradoras de Fondos de Pensiones (ADAFP), que en proteger los intereses y derechos de los afiliados a la Seguridad Social. Históricamente, todos los Superintendentes de Pensiones han actuado como si fuesen socios de la ADAFP: Persia Álvarez, Joaquín Gerónimo, Ramón Emilio Contreras Genao y Francisco A. Torres.

Cuando los hechos hablan, las palabras sobran. En los últimos días, ha sido notorio ver y escuchar al Superintendente de Pensiones, señor Francisco A. Torres, hablar a través de los medios de comunicación acerca de la supuesta robustez y del buen desempeño que rodean al Sistema de Cuenta de Capitalización Individual. Su mensaje clave ha consistido en tratar de persuadir a los afiliados de la seguridad social, con respecto a que, con sus ahorros de pensiones en las AFP, ha sucedido algo similar al milagro de Jesús, el cual consistió en que, con una pequeña cantidad de comida, fue capaz de dar de comer a muchas personas. ¿Es el Superintendente de Pensiones el vocero oficial de las mentiras que se fabrican dentro y fuera de la ADAFP?

La cantidad, variedad y sistematicidad de los mensajes que elaboran y difunden la ADAFP y SIPEN a las audiencias, solo se pueden comparar con los que en su momento realizaron los estrategas de marketing del quebrado Banco Baninter y los de la Alemania nazi de Adolf Hitler. Los ejecutivos de la Asociación Dominicana de Administradoras de Fondos de Pensiones y de la Superintendencia de Pensiones, igual que el doctor Joseph Goebbels, saben que una mentira mil veces dicha, se convierte en una gran verdad.

Es más que obvio, la narrativa de la ADAFP y SIPEN pretende convencer a los segmentos de audiencias más ignorantes, con respecto de que el Sistema de Cuenta de Capitalización Individual (SCCI) es el medio más seguro y viable para garantizarles pensiones justas y dignas a los trabajadores. Tanto la Presidenta Ejecutiva de la ADAFP, señora Kirsis Jáquez, como el Superintendente de Pensiones, señor Francisco A. Torres, truquean la realidad y atributos de las AFP. Siempre se ha dicho que, para inducir la compra de marcas y productos de mala calidad, es necesario incurrir en continuos y costosos esfuerzos de marketing.

Detrás de los mensajes que elaboran y difunden las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) y la Superintendencia de Pensiones (SIPEN), subyace el propósito deliberado de inducir a la opinión pública para que ésta crea erradamente que a través del Sistema de Cuenta de Capitalización Individual es posible otorgar pensiones dignas. Los contenidos del marketing de la ADAFP son puras mentiras, camuflajeadas de verdades. La cantidad de trabajadores que, de manera voluntaria, desea pasar del Sistema de Cuenta de Capitalización Individual al Régimen de Reparto Estatal, es, sin duda, la más convincente y contundente respuesta a las continuas y enormes mentiras que subyacen el marketing de la ADAFP y SIPEN.

Es más saludable, creíble y sabio que los ejecutivos de la ADAFP y los chicos de la SIPEN, una esfuerzos, creatividad y energía, para conocer y abordar los niveles de insatisfacción y frustración que rodean a los trabajadores, con respecto a las aciagas, mediocres y miserables pensiones que les otorgan las mal llamadas AFP. Igual que los loros, la presidenta ejecutiva de la ADAFP y el Superintendente de Pensiones, cada vez que hablan, lo hacen para recordar la cantidad de millones que generan los fondos de pensiones de los trabajadores. Esta triste realidad solo acontece en los países donde el Estado permite que se privaticen los servicios que sustentan la seguridad social.

En un entorno como el actual, las mentiras no se pueden sostener por mucho tiempo. Más temprano que tarde, la verdad siempre sale a la luz. La ADAFP y SIPEN ocultan lo inhumano que rodea al Sistema de Cuenta de Capitalización Individual. ¿Por qué insistir tanto en hacerles creer a los trabajadores que son dueños de sus fondos de pensiones? ¿Qué buscan la ADAFP y la SIPEN con decirles a los trabajadores que cuando se retiren recibirán pensiones justas y dignas? ¿Por qué la ADAFP y SIPEN no les dicen a los trabajadores que sus pensiones terminan cuando se agoten sus fondos? ¿Qué es lo que tanto motiva a los empresarios del sector financiero dominicano a “salvaguardar” los ahorros de pensiones de los trabajadores?

Lo que en el fondo pretenden ocultar la presidenta de la ADAFP y el Superintendente de Pensiones, con sus costosos y continuos esfuerzos de marketing, es la inocultable incapacidad que rodea al Sistema de Cuenta de Capitalización Individual para facilitarles pensiones decentes y nobles a los trabajadores de los sectores público y privado, luego de haber agotado sus respectivas vidas productivas. Basta de decir que las AFP aseguran pensiones decorosas y respetables.

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