
Por Máximo Sánchez
Si la historia de la humanidad, es una maestra sabia e inagotable, entonces, en estos momentos geopolíticos que vivimos, ésta es una introducción necesaria: Robert Mcnamara fue uno de los nombres más sonados y escritos, en los noticiarios y en la prensa escrita, durante la década de 1960 al 1970.
Mcnamara, graduado en letras de la Universidad de Berkeley en el estado de California, y con un máster en administración de negocios de la prestigiosa Harvard, fue el Secretario de Defensa más influyente de toda una década, bajo dos presidentes de los Estados Unidos de Norteamérica.
Antes de ser llamado por el presidente John F Kennedy, en el año 1961, para servir como Secretario de Defensa, el Sr. Mcnamara era el primer presidente de la Ford Motor Company que no pertenecía a la familia Ford; había servido durante la Segunda Guerra Mundial, bajo las órdenes del Gral. Curtis Lemay, en el sudeste asiático, llegando a obtener el rango de teniente coronel.
Un salto a la historia
Cuando asumió su papel político al frente de la Secretaría de Defensa, Robert Mcnamara conservador y republicano, pasó a servir a las órdenes de un presidente liberal y demócrata, y consciente o no, quedó marcado por la historia.
Su primera prueba de alta tensión, fue la negociación que evitó la catástrofe nuclear que, amenazó al mundo en 1962, cuando la crisis de los misiles en Cuba; las negociaciones del presidente Kennedy y el Kremlin terminaron con el retiro de los misiles de Cuba y las concesiones de seguridad para la URSS en Turquía.
Con el asesinato del presidente Kennedy, quedó bajo el mando del presidente Lyndon B Johnson, sucesor constitucional de Kennedy, quién lo conservó como Secretario de Defensa; y es en este mandato, cuando Mr. Mcnamara salta a la luz pública para quedar en el curso de la historia.
El escenario vietnamita
Del conflicto de Vietnam se debe decir que, no siempre fue una guerra con EEUU; las fuerzas irregulares de Vietnam del Norte, pelearon desde 1945 durante la Segunda Guerra Mundial, contra los japoneses y los franceses; los primeros habían vencido a los franceses, pero ante el hostigamiento de sus tropas en el frente asiático, decidieron ceder Vietnam a Francia.
El emperador Bao Dai dejado en el mando por los japoneses, mantuvo una guerra de baja intensidad contra las fuerzas irregulares comandadas por Ho Chi Minh; ambos buscaron solucionar el conflicto en una mesa de negociación, pero, no llegaron a conciliar sus diferencias.
Así fue como, en 1954, las fuerzas del Viet Minh derrotaron al ejército del emperador Bao Dai en la batalla de Dien Bien Phu; con esto terminó la ocupación francesa de Vietnam, firmándose en julio de ese año un armisticio que, dividió el país a la altura del paralelo 17, en un tratado que contemplaba elecciones generales para la reunificación de Vietnam en 1956.
Ese acuerdo estratégico quedó truncado, cuando el emperador Bao Dai fue derrocado por un golpe de estado soportado por EEUU; en su lugar se instaló como presidente de Vietnam del Sur a Ngo Dinh Diem, un político de extrema derecha que sería la cara visible de la guerra del sur contra el norte.
La entrada de EEUU en la Guerra de Vietnam
Casi 10 años de guerra después, y ante el asedio incansable del norte contra el gobierno de Ngo Dinh Diem, el gobierno del presidente Lyndon B Johnson pone sobre la mesa la posibilidad de EEUU entrar directamente en esa guerra entre los dos Vietnam.
Los Estados Unidos de Norteamérica, habían apoyado el gobierno de Vietnam del Sur con recursos y asesores en el terreno, pero no tenían combatientes allí; fue en 1964, cuando Robert Mcnamara como Secretario de Defensa acudió al Congreso, para justificar ante el Senado la necesidad de que EEUU emitiera una declaración de guerra contra Vietnam del Norte.
La resolución del Congreso, se conoce extraoficialmente como la Resolución del Golfo de Tonkín (oficialmente es la Resolución del Sudeste de Asia, Ley Pública 88-408); y autorizaba al presidente Johnson para actuar de manera integral contra la República Democrática de Vietnam.
Robert Mcnamara defendió con tanto ahínco su gestión para esa guerra que, en abril de 1964, el senador Wayne Morse, demócrata por el estado de Oregón, la bautizó como la “Guerra de Mcnamara”.


