Por: Henry Arias Aba
El suelo es una estructura de vital importancia para el desarrollo de la vida, está formada por la capa superficial de la corteza terrestre, en la que viven numerosos organismos y crece la vegetación.
El suelo constituye un componente esencial de la tierra y los ecosistemas, funcionando como espacio para la vida vegetal y animal, proporcionando nutrientes, minerales, oxigeno, agua y organismos vivos.
Los tipos de suelos según su estructura, están clasificados en arenosos, calizos (que no son aptos para la agricultura); humíferos (tierra negra excelente para el cultivo); arcillosos, pedregosos y mixtos, estos tipos de suelo demuestran la variedad y diversidad de nuestro planeta.
Cada 7 de julio, desde el año 1963, se celebra en el mundo el “Día Internacional de la Conservación del Suelo”.
Se eligió este día en particular, en honor al científico estadounidense Hugh Hammond Bennett, quién dedicó su vida a demostrar que el cuidado del suelo influye directamente en la capacidad productiva de los mismos.
Conforme han pasado los años, en República Dominicana ha ido en aumento la cantidad de suelos con vocación agrícola que son destinados para desarrollar soluciones habitacionales y no para el aprovechamiento agrícola como debería ser.
Los proyectos de viviendas en suelos humíferos (los más fértiles), no deberían desarrollarse en los mismo, en cambio deben ser priorizados para el cultivo, ya que de no hacerlo estaríamos comprometiendo nuestra salud alimentaria y sacrificando espacios verdes que además de amortiguadores del calor se traducen en verdor refrescante para la vida y vista.
Como ciudadanos consientes y preocupados del medio ambiente debemos exigir a nuestras autoridades y empresas dedicadas a la construcción la no utilización de suelos con vocación agrícola para la creación de nuevos hogares, sino que se puedan utilizar otras zonas que no impliquen un sacrificio de las tierras humíferas de nuestra hermosa República Dominicana. De este modo se contribuiría a crear más verdor y protección de suelos fértiles con capacidad agrícola.