Por Henry Arias Abad
En una entrevista el reconocido artista plástico Chiqui Mendoza compartió los orígenes de su vocación artística, que surgió a los 13 años, influenciado por su entorno familiar y motivado por la construcción del Palacio de Bellas Artes de Santiago.
Formado en la Escuela de Bellas Artes bajo la dirección de Jacinto Domínguez, Mendoza recordó: “Fui raptado por el arte”, aludiendo a su temprano vínculo con la creación visual. Define su estilo como “taíno contemporáneo”, una fusión entre elementos indígenas y expresiones modernas que reflejan la esencia cultural dominicana. Su carrera incluye exposiciones individuales centradas en mitologías ancestrales, consolidándose como una figura clave del arte contemporáneo en el país.
Mendoza recibe Medalla de las Artes y la Cultura en Nueva York
El artista Chiqui Mendoza fue galardonado con la Medalla de las Artes y la Cultura por la Gobernación del Estado de Nueva York, en una ceremonia realizada en el Museo Metropolitano. La distinción, compartida con artistas como Fidelia Báez, fue impulsada por el propio museo y la Hispanic Society, destacando los aportes culturales del artista dominicano. Mendoza expresó su gratitud por el reconocimiento, recibido con “buena suerte” y orgullo, y consideró el evento, descrito como un desayuno protocolar, un impulso significativo para su proyección internacional.
“Bananhattan”: una obra gráfica con identidad dominicana
En la misma entrevista, Mendoza presentó su obra “Bananhattan”, una pieza que transforma el mapa de Manhattan en una banana, símbolo del “plátano power” y de la identidad dominicana en Nueva York. “La gran manzana se convierte en una gran banana”, comentó. La obra forma parte de colecciones del Museo Metropolitano, el Smithsonian y la Gobernación de Nueva York, destacando como un manifiesto visual de la presencia latina en la ciudad.
Georgi Morel: legado e inspiración
Mendoza rindió homenaje al maestro Georgi Morel, a quien considera el padre de la pintura dominicana. Lo describió como un artista emotivo y social, capaz de plasmar la vida humilde del campo y la esencia del pueblo con profunda sensibilidad. “Un cuadro de Morel es como sentir el calor del sol dominicano”, afirmó.
Por un arte inclusivo y transformador
Finalmente, Mendoza cuestionó los enfoques restrictivos de algunas escuelas de arte, defendiendo una visión más inclusiva. Criticó la exclusión basada en el físico o el talento innato, y abogó por una educación artística abierta a todos. Citó como ejemplo el modelo venezolano, donde se entregan instrumentos a todo interesado en estudiar música, y recalcó que el arte debe ser una herramienta de desarrollo humano accesible para todos.
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