
El presidente del Comité Noruego del Premio Nobel, Jørgen Watne Frydnes, pronunció un discurso de fuerte tono político y humanitario para justificar la concesión del Premio Nobel de la Paz a la dirigente opositora venezolana María Corina Machado, a quien definió como un símbolo de coraje civil frente a un régimen autoritario.
Frydnes describió a Venezuela como un Estado brutal y represivo, marcado por detenciones arbitrarias, torturas, desapariciones forzadas y persecución política. Citó casos concretos, incluido el secuestro de una adolescente, la muerte de presos políticos y testimonios documentados por Naciones Unidas sobre abusos contra menores tras las elecciones de 2024, hechos que la ONU ha calificado como crímenes de lesa humanidad.
El presidente del Comité Nobel alertó, además, sobre la crisis humanitaria y migratoria venezolana, con una cuarta parte de la población fuera del país, y vinculó la degradación institucional con la expansión de redes de trata y explotación humana.
En un marco más amplio, advirtió sobre el avance global del autoritarismo, el uso sistemático de la desinformación y la cooperación entre regímenes no democráticos.
Defensa democracia
En contraste, Frydnes defendió la democracia como base indispensable de la paz duradera y sostuvo que su erosión conduce inevitablemente al conflicto y la violencia. Subrayó que la experiencia venezolana demuestra cómo el autoritarismo destruye a las sociedades desde dentro y exporta inestabilidad a su entorno.
El Comité reconoció su compromiso con métodos no violentos y la defensa de elecciones libres como eje de una transición democrática.
Frydnes concluyó con un llamado directo al régimen de Nicolás Maduro para que acepte los resultados electorales y facilite una transición pacífica, afirmando que el poder autoritario no es permanente y que la resistencia democrática, incluso bajo represión, mantiene viva la esperanza de una Venezuela libre, democrática y en paz.


