Por: Lic. Elèxido Paula
Rep. Dom. –A raíz de tantos escándalos de corrupción, impunidad, delincuencia, violencia, criminalidad, sicariato, feminicidios, extorsión y manipulación política, una amplia franja de ciudadanos y ciudadanas han decidido asumir y tomar de manera individual y colectiva una conciencia crítica acompañada de una ciudadanía responsable, que permite vislumbrar un panorama esperanzador y optimista en el tejido social dominicano.
Por décadas hemos sido víctima, dejándonos atrapar del rezago, el individualismo, el relativismo y por supuesto, el fatídico y acompañante eterno en la memoria histórica de nuestros déspotas y dictadores: el pesimismo, que camina junto al sub-desarrollo, la ignorancia, la apatía y la indiferencia de muchos.
La historia dominicana ha tenido episodios extraordinarios donde se ha querido mancillar y humillar la nación misma, pero se ha levantado de manera heroica la conciencia crítica seguida de una ciudadanía responsable; puedo citar la gesta independentista y restauradora, las luchas de los catorcistas, las reacciones a las intervenciones de los Estados Unidos, del golpe de Estado a Juan Bosch, la Revolución de Abril, entre otros acontecimientos no menos importantes.
Podemos decir, que el país después de haber pasado por un letargo pasmosamente extenso, por la anestesia letal y fulminante que los últimos gobiernos han inyectado a gran parte del pueblo; ese mismo conglomerado humano ha vuelto a tomar, como en los años 70’s y 80’s una actitud reflexiva y rebelde sobre los hechos que le atañen, se ha abrazado a un conciencia social, generando un respeto colectivo y ha asumido, a través del movimiento Marcha Verde, una conciencia crítica, capaz de enfrentar a una maquinaria y estructura de poder mafiosa y corrupta que se quiere perpetuar de manera indefinida como partido único al mando del Estado.
La ciudadanía responsable se está haciendo sentir en las calles y en todos los escenarios, enviando un mensaje claro y categórico de que el país no puede seguir siendo gobernado y dirigido por una claque, que tienen hipotecado y endeudada la nación por varias generaciones futuras.
Este proceso de concienciación crítica y de ciudadanía responsable debe seguir su curso, agitando las banderas del honor, la dignidad, la cohesión y la unidad de todo el que se sienta ser dominicano, sea de oposición, sectores independientes, progresistas, izquierda, en fin, que le duela el país, para que juntos nos desarraiguemos y nos quitemos de encima al partido que está en el poder y que va rumbo a una dictadura, pues en la actualidad el perfil es característico a una dictadura discreta y simulada en la forma, pero en el fondo está operando similar a una dictadura real.
Una ciudadanía responsable es aquella que no esté enajenada de las duras realidades de la vida diaria del pueblo y de su propia vida, que no esté entretenida con lo llano, superficial, fútil, sin conciencia de las consecuencias aterradoras para sí misma que plantean políticas públicas errada y de larga tradición.
Todos en este proceso debemos comprometernos a desarrabalizar la acción política putrefacta, de humanizarla y volcarla a su verdadera esencia: el bien común.
¿Por qué es tan importante tener conciencia crítica?
Winston Churchill, sobre ella nos deslumbró expresando que “el primer paso para llegar a ser hábil y diestro pensador y ciudadano crítico es desarrollar una actitud que permita la entrada de más información y permita detenernos a pensar”
Cuando un pueblo asume conciencia crítica y cada uno de sus ciudadanos y ciudadanas actúan con responsabilidad son capaces de destronar y arrebatar el poder al entramado corrupto y corruptor más poderoso que haya existido en el país, y así “sólo si los débiles comprenden lo que les conviene, el mundo cambiará, y de paso nosotros como nación, cambiaremos”.
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