Cuando soy débil, entonces, soy fuerte

Por: Karleny Cabrera

Cada persona es fuerte; quien no lo es en una área, pues, manifiesta fortaleza en otra; porque así nos creó Dios: seres capaces, con habilidades y destrezas que nos hacen útiles y convierten la estadía en la tierra más llevadera y fácil. 

Ahora bien, también es cierto que el ser humano está lleno de debilidades y que, a causa de ellas, pues, en ciertas ocasiones nos detenemos porque es necesario fortalecer dicha área para poder manifestar seguridad en la misma.

Lo cierto es que esas flaquezas no son algo negativo en la vida del hombre, por el contrario, estas pueden ser usadas como impulso para perfeccionarse cada día y buscar crecimiento en tal aspecto en que se siente fragilidad.

La Biblia narra en segunda de Corintios capítulo doce aquel momento cuando el apóstol Pablo hablaba sobre alguna debilidad que él poseía y que, le impedía agradar a Dios de la manera en que su corazón lo anhelaba: sin limitaciones y faltas.

Esta cita bíblica llama a esa flojedad de Pablo el “aguijón en la carne” y expone que él mismo había pedido a Dios muchas veces que quitara eso de sí, a lo que Jehová le respondió: “bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad”.

Es por eso que muchas personas, sobre todo los cristianos, han hecho suya la expresión “cuando soy débil, entonces, soy fuerte” porque ellos entienden que, si piden a Dios y confían plenamente en él; en sus debilidades el Espíritu de Dios estará presente y los hará fuertes.

Por otra parte, en el libro de Joel, capítulo tres, versículo diez, la palabra de Dios expone lo siguiente: “diga el débil: fuerte soy” y se entiende de manera explícita que se está hablando de la fortaleza del Señor aún en medio de las debilidades.

Siendo el Todopoderoso nuestro creador y Padre, no habrá nunca mejor opción para fortalecer nuestras áreas débiles que en su presencia, pues, en él está la perfección y, aquel que anhele crecimiento en cualquier ámbito de su vida debe buscar una cercanía con ese Maestro bueno porque de él viene la fortaleza del mundo.